17 de abril de 2017. Ese era su día límite. El día que marcó y trazó la justicia americana para que el cantante mexicano Luis Miguel se presentase en la corte de Los Ángeles. El incumplimiento supondría la orden directa de detención y así ha sido. ‘El Sol’ ha hecho oídos sordos a la imposición de la justicia americana y los jueces se han visto obligados a embargar una de sus propiedades, concretamente uno de sus coches para pagar el millón de dólares que le debe a su ex manager, William Brockhaus, por incumplimiento de contrato.
Son ya muchos los años que el cantante Luis Miguel se encuentra siempre en el centro de la polémica. Aunque se empeñan en hacernos creer que el mexicano será el nuevo Ave Fénix y que resurgirá de sus apagadas cenizas, las noticias que brotan alrededor de su figura nunca dejan de ser oscuras: la cancelación repentina de su gira de conciertos en México, su llamativa subida de peso, su supuesto estado de salud e incluso en un momento determinado fue víctima de uno de esos bulos que circulan por Internet en el se especulaba con su muerte. Hoy es noticia por la orden de detención y embargo que pesa sobre él.
Según informaba la cadena Telemundo el pasado mes de noviembre, Luis Miguel tuvo que indemnizar con un millón de dólares (casi, casi un millón de euros) a su exmánager, William Brockhaus, por incumplir el contrato laboral que tenían.
Según el informe al que tuvo acceso la mencionada cadena de televisión, el cantante conocido como ‘El Sol’, desembolsó algo más de medio millón de dólares para Brockhaus, 395.000 en honorarios de abogados y 96.000 dólares en intereses, lo que suma un total de un millón de dólares. Ha sido el pasado mes de agosto cuando Luis Miguel ha cumplido con sus obligaciones judiciales y cuando ha terminado de pagar a su ex manager todo lo que le debía.
¿Veremos finalmente resurgir al ex novio de Mariah Carey como el divo que era o nos encontramos ante el juguete roto -y casi presidiario- del que todo el mundo habla?