Claudia, la hija de Alonso Caparrós se sentaba el pasado fin de semana en ‘Sábado Deluxe’ junto a su padre para relatar cómo ha vivido en primera persona las adicciones de su padre. Por un lado las redes sociales ardieron en críticas por exponer públicamente y por dinero semejante testimonio, pero también estuvieron cargadas de elogios por ser tan emotiva.
Claudia declaraba que no había vivido mucho las adicciones de su padre porque era muy pequeña. Únicamente recuerda haber encontrado alguna droga blanda por casa y una sospecha o mosqueo cuando veía a su padre beber alcohol: «Con la bebida llegaba a un punto de no retorno, yo no sabía lo que pasaba pero sí entendía que algo no era normal».
La mayor parte de la entrevista fue para mostrar el orgullo que siente por su padre y recordar los buenos momentos que ha vivido junto a él desde pequeña y confesaba que jamás ha visto nada duro ni su padre ha hecho algo tremendo en su presencia porque cuando salía de fiesta se quedaba con una amiga. La hija de Caparrós acabó llorando delante de su padre y le dijo: «No tengo nada que perdonarte papá, yo siempre he tenido fe en ti». «Siento orgullo de mi padre, creo que se ha hecho un hombre muy fuerte y cada vez más sensato», decía Claudia con gran amor hacia su padre.
Eso sí, el presentador también tuvo tiempo para recordar un duro momento que vivió con su hija cuando era un bebé y él sufría esta grave adicción a la cocaína: «Llegué a un tugurio de mala muerte con Claudia metida en el cuco. La posé sobre la barra y compré droga», confesaba muy emocionado Alonso Caparrós.Además, pudimos ver unas imágenes de Claudia junto a su abuelo paterno con el que ha recuperado la relación tras haberse distanciado.
En la entrevista al mítico presentador de ‘Furor’ participaron colaboradores como Sofía Cristo, quien bajo su propia experiencia y tras cuatro años desintoxicada, cuestionó el hecho de que Alonso fuese realmente «un adicto». Ella alegaba que, «desde el momento en el que te desintoxicas no puedes consumir nada, ni siquiera alcohol. Tus neurotransmisores no identifican qué cosa es cada sustancia, lo identifica como sustancia adictiva y quizá realmente tú no has sido nunca un adicto sino que tuviste una época de excesos y punto». Con esta teoría, maquillada con un «desde el profundo respeto», la hija de Bárbara Rey tumbaba de Caparrós y su supuesta adicción, ya que, tal y como él mismo afirmó, sí que puede beberse una botella de vino, tranquilamente, en las circunstancias adecuadas, junto a su mujer.
Son muchos los famosos que han vivido, con naturalidad, sus problemas con las drogas. Algunos han conseguido vencer la enfermedad mientras, otros, han acabado muertos por sus graves problemas. Estos son algunos de los ejemplos más llamativos.
A Belén Esteban le costó varios años reconocer públicamente que había tenido una grave adicción a la cocaína. Aunque durante muchos años aseguró que sus constantes ingresos hospitalarios se debían a sus problemas con la diabetes, fue en su libro de memorias donde reconoció lo que era un secreto a voces.
Un valiente paso adelante por parte de la princesa del pueblo a la que se llena la boca de decir que lleva «cuatro años limpia». Y además, que todo se lo debe a sus jefes, Adrián y Óscar, Raúl y David, además de su a gran amigo, Jorge Javier Vázquez, quienes la sentaron y le pidieron que pusiera freno a esta incontrolable situación.
Carmina Ordóñez tuvo serios problemas con las pastillas para dormir. También con la cocaína. Tras su fatídica muerte, su hijo Francisco Rivera quiso confirmar que su madre había sido víctima de las drogas: «cuando entran en una casa, las drogas acaban con todo».
Francisco Rivera, su hijo mayor, siempre ha intentado callar bocas, incluso se habló de que le ofreció un sueldo mensual a su madre para que se retirase para siempre de los medios de comunicación. Pero Carmina era un alma libre, generosa como ella sola. Cuentan que abastecía a todo su círculo de todo lo que le demandaban.
Pepe El Marismeño vivió una auténtica pesadilla durante años. Cayó en las garras de la cocaína y su imagen era realmente alarmante. Sin embargo, su fuerza de voluntad y su coraje hicieron que pudiera recuperarse.
Ahora dedica su tiempo a ayudar a jóvenes con la misma problemática. Una de las personas que solicitó su ayuda fue José Ortega Cano, padre de José Fernando, quien en estos días todavía lucha para que su hijo salga del profundo infierno de las sustancias estupefacientes.
José Fernando es el evidente ejemplo de que la fuerza de voluntad es necesaria para salir del pozo. El hijo de Rocío Jurado y Ortega Cano sigue intentando, sin suerte, salir del agujero en el que se encuentra. Pero no lo logra.
Sus coqueteos con la cocaína le han pasado factura y sus constantes recaídas, juergas y malas compañías lo han llevado incluso dos veces a prisión. En estos días, José Fernando se encuentra a la espera de ser padre de una hija de Michu.
Sofia Cristo es una mujer nueva. Adicta a la cocaína, la hija de Barbara Rey y Ángel Cristo reconoció que tenía un problema en televisión. Un día más tarde ingresaba en un centro en el que recibió tratamiento. Meses más tarde, su recuperación era evidente.
Actualmente Sofía Cristo se encuentra inmersa en un proyecto de ayuda a núcleos familiares en los cuales hay al menos un miembro con adicción a alguna sustancia. Sofía Cristo se ha ofrecido voluntaria a reunirse y charlar con los familiares de Alonso Caparrós
Nadiuska se convirtió en un referente en nuestro país. Su silueta, su belleza y el carisma que desprendía le hicieron una de las mujeres más deseadas. Sin embargo, las drogas acabaron con todo y ahora se encuentra ingresada en un psiquiátrico.
Nadiuska fue una de las grandes musas del “destape” en nuestro cine. Relacionada con el Rey Juan Carlos en más de una ocasión se armó un completo escándalo. Las consecuencias derivadas de la fama, la ruina y una enfermedad mental que arrastraba desde hace años la llevaron a dormir en la puerta del cine Lope de Vega de Madrid dónde paradójicamente se mostraban los carteles de aquellos éxitos que una vez cosechó en el cine. Actualmente se le ha perdido por completo la pista.
Ricardo Bofill saltó a la palestra de la mano de Chabeli Iglesias. Por aquel entonces era un joven díscolo que paseaba por las fiestas de Madrid con una gran sonrisa. Pero pronto se descubrió que tenía una grave adicción. Él mismo lo confesó años más tarde. La cocaína le había trazado una vida que no le correspondía.
«Jamás pensé que iba a necesitar tratamiento. La droga me había llegado a angustiar hasta el punto de automedicarme. Me había vuelto un egoísta, me había convertido en un exhibidor folcklórico de mí mismo metido en una espiral de falta de respeto por la familia, por la mujeres y por mí mismo. Era un sádico hedonista que causaba daño a los demás sin que me afectase», declaró Bofill.
Pocholo Martínez-Bordiu siempre se ha caracterizado por su hiperactividad. En 2003 le confesó a María Eugenia Yagüe que era consumidor de «porros y alcohol». Hace pocas semanas confesaba en LOC que ya no tomaba alcohol y que había dejado la fiesta.
Pocholo Martínez-Bordiú, el miembro díscolo de la familia Franco, ibicenco por devoción y vocación y cuya vida lleva siempre en una mochila. Mismo objeto que fue motivo de bronca y polémica en el reality show en el que participó en 2003, Hotel Glam, ya que alegaba que alguno de sus compañeros se la había roto a maldad.
Joaquín Sabina es uno de nuestros grandes artistas, pero también tuvo problemas con la cocaína. Increíblemente él mismo lo confesó durante una entrevista: «Llevaba 20 años tomando cocaína y un día dije que ya no podía más, que tenía que dejarla. Y la dejé«. Hizo bien, pues su voz y con ella, su creatividad y su talento podrían haberse apagado.
Cuentan en Las2Orillas que Sabina «después de 20 años de consumo, una noche, mientras leía los poemas de Robert Desnos, sintió un cosquilleo en el paladar, en un estornudo fuerte y sobre el libro pudo ver el color nacarado sangriento de su tabique. Beber el elixir de los dioses te hace más hermoso, pero debes pagar el precio».
Antonio Flores murió entre una gran conmoción social. Sus problemas con las drogas se vieron todavía más agudizados con la muerte de su madre. El dolor que sintió por la pérdida le hizo consumir en exceso. Y su final llegó demasiado pronto.
Su hermana Lolita Flores confesó, además, que tras los episodios trágicos, ella también vivió una época muy difícil.