El principal peligro de inflar un reality-show con un concursante estrella es que éste se puede refugiar en la rutina, evitando cualquier tipo de charco: Bigote Arrocet, «con la cara más dura que el teflón» según Kiko Matamoros. tiene pinta de evitar las polémicas. Y es que al cómico chileno lo hemos visto huir con una sonrisa de cualquier tipo de bronca, este pasado Sábado Deluxe es el mejor ejemplo.
A nadie se le escapa que Sálvame y compañía guardan munición en la chistera: si Bigote no choca en la isla, el baúl del pasado saltará por los aires. Porque mejor que ver al ex del Un, dos, tres atizarse con sus cuates será ver cómo reaccionan María Teresa Campos y Terelu al ver como el show de Jorge Javier Vázquez tira de hemeroteca y testimonios para hablar de los negocios de Bigote, de sus supuestos amoríos, de sus hijos (dicen que hay uno de sus vástagos presto a saltar en cuanto den luz verde vía cheque) y de su supuesta ruina, piedra filosofal del culebrón por una razón: su ruina podría ser visto como síntoma de que el chileno está con Mamá Campos por puro interés económico.
Recuerden que otros famosos ya le han salido rana a la cadena: Toño Sanchís fue un auténtico «bluff» en Gran Hermano VIP y ni siquiera el futuro juicio ante Belén Esteban, con mercadería trillada y digerida por un público empachado de tanto número, hace al personaje apetecible. También les salieron mal los fichajes de Rosa Benito y Raquel Bollo en la edición anterior: ambas colaboradoras de Sálvame acabaron tildadas como «muebles» mientras el programa le abría las puertas a sus compañeros para azuzarlas. Fue tal la decepción que produjeron que ambas están fuera hoy del universo Sálvame.
Quizás el mejor ejemplo de concursante fallida es Bibiana Fernández, que curiosamente se embolsó una cantidad idéntica a la de Bigote: 24.000 euros semanales. Pero la tertuliana de El programa de Ana Rosa pasó sin pena ni gloria por la isla. Algo que molestó y mucho a Jorge Javier Vázquez, que le afeó que no hubiese dado más de sí y que no hubiese dado juego. La chica Almodovar contestó: «No es que no haya hecho autocrítica. Solo he sido yo misma. Jorge Javier lleva mucho tiempo haciendo lo que le sale de la peineta, pero yo no soy una mujer polémica, algo que sabían cuando me ofrecieron ir a la isla».
En la contra hay dos ejemplos: Belén Esteban, que rompió audímetros con pijama, acosó a Olvido Hormigos y demostró excesos verbales. Y Mila Ximénez, que le hizo la vida imposible a Yola Berrocal mientras Supervivientes no dejaba de ganar share. Ambos comportamientos brutales supusieron horas de tertulias y críticas, pero los realities se dispararon y ellas, incluso, hasta ganaron los concursos.