Jimmy Giménez-Arnau desvela una clave oculta sobre Marta Gayá que podría cambiar el cuento: La dama del rumor al descubierto

Julián Lago se atrevió en pleno 1992 a abrir portada con un jugoso titular: «La dama del rumor», sobrenombre referido a una Marta Gayá que se había visto salpicada por la guerra política del país. Recuerden: Felipe González no pudo llevar a cambio un relevo ministerial porque Juan Carlos I «no estaba», eufemismo referido al enésimo viaje suizo del entonces Rey con la decoradora mallorquina. Y esa guerra política, el PP pretendía tumbar un Gobierno socialista que llevaba camino de perpetuarse, provocó que medios afines al partido de Aznar como El Mundo utilizaran el tema para criticar al Estado. Cuenta Pedro J. Ramírez que Juan Carlos I lo mandó llamar a Zarzuela y cara a cara le preguntó, «¿amigos o enemigos?», amenaza simpática que terminó con Sabino Fernández Campo, supuesto filtrador, fuera del Palacio.

 

Jimmy Giménez-Arnau desvela una clave oculta sobre Marta Gayá que podría cambiar el cuento: La dama del rumor al descubierto

 

Ahora ya no hay guerra PP-PSOE, sino que parece ser que ciertos comisarios policiales con problemas judiciales, Caso Pequeño Nicolás y Caso Elisa Pinto, están filtrando dossieres con la intención de amenazar al Estado, es decir, a Felipe VI, con documentos añejos sobre Juan Carlos I: ayer fueron los cobros de Bárbara Rey, hoy son las confesiones de amor sobre Marta Gayá y mañana el siniestro terremoto Corinna podría revivir.

Pero volvamos a Marta, de la que Jimmy Giménez-Arnau dice que era «una mujer importante, discreta y femenina». Diferentes medios dicen que la relación comenzó en 1990, pero el ex colaborador de Sálvame señala que en 1981 coincidió con Marta en una zapatería y ésta encargó unas sandalias marineras del número 47, justo el mismo que calza el Emérito. En esos momentos ya hubo rumores, por lo cual la relación podría haberse prolongado entre al menos 1981 y 2003, año en el que Juan Carlos I pudo cambiar a Marta por Corinna.

Pilar Eyre dice que Juan Carlos y Marta Gayá «se hablan hasta el día de hoy. El rey ha confiado en ella ciegamente, le ha consultado muchas cosas a lo largo de los años. La admira tremendamente porque siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano». Dice que Sofía «durante años le tuvo cierta manía, pero en la época de Corinna terminó reconociendo en privado que Marta había sido mucho más comedida y elegante». Según Paloma Barrientos, «Marta es impecable. Nunca ha hecho el menor comentario sobre su relación y no se explica a santo de qué sale ahora esta historia y sobre todo las mentiras que se están diciendo».

No sabemos si mentiras, pero ya hace años Antonio L. Bouza, amigo de Juan Carlos I, escribió en un libro que el marido de Marta «un día llegó muy triste a su despacho y un compañero le preguntó: ‘¿Qué te pasa?’ Él respondió: ‘Creo que Marta está viendo a alguien’. ‘Dale una hostia al tío’, le habría replicado el compañero, a lo que el ingeniero habría respondido: «No puedo, es alguien muy importante»». Y tan importante. Eso sí, dicen que Felipe VI no le reía las gracias a la supuesta amante de su padre y siempre le mostró un silente desprecio en público. Sea como fuere, todavía quedan algunos capítulos por salir y Juan Carlos I podría que temer que sus cuatro décadas de reinado sean desguazados por sus excesos en apenas unos meses.