Veinte años de Tómbola, el programa de revolucionó el corazón en nuestro país

Tal día como ayer, ya hace veinte años, ‘Tómbola’ nacía revolucionando la manera de entender el corazón en televisión. «Fue la escuela donde todos aprendimos a hacer televisión de corazón, donde sentaron bases y se establecieron los cánones (…) Tómbola fue la catedral, la universidad y el trampolín de todo lo que se hace ahora. Nos vapulearon porque decían que era demasiado para la época, pero ahí aprendimos todos: nosotros a hacer televisión y los famosos aprendieron a ir a un plató y a cobrar», recuerda Jesús Mariñas. Pero en esa conflictiva escuela se combinó el gran talento de un grupo de periodistas en estado de gracia y un público sediento del linchamiento al famoso tras tantas décadas de inmunidad por la escuela ¡Hola!

 

«Me voy, me da vergüenza tu programa y esta gente es gentuza», anunciaba entre atónita e indignada Chabelita Iglesias, que con su espantá en el estreno del programa abrió una colección de escándalos que se encadenaron durante años: recuerden que Pocholo Martínez Bordiu le lanzó un vaso a Karmele Marchante entre acusaciones de consumo y tráfico de drogas o que Mariñas y Aurelio Manzano se esmeraron en medirle el pene en directo a un ex Gran Hermano, penúltima polémica de un programa cuyos contenidos parecen en apariencia improcedentes para una televisión pública.

Veinte años de Tómbola, el programa de revolucionó el corazón en nuestro país

Otra de las noches más recordadas fue la «no entrevista» a Bárbara Rey, que no pudo salir al plató tal y como confesó el productor del programa, Ángel Moreno: «Nosotros la contratamos para que se sentase en el sillón en un momento en el que no se dejaba de hablar de Mario Conde. Ese día Bárbara salió de su casa y en el aeropuerto de Barajas anunció a todos los periodistas que la esperaban que esa noche contaría absolutamente todo en ‘Tómbola’. A primera hora de la tarde comencé a recibir llamadas, eran del director de Canal 9, pero venían de más arriba. En ellas se me anunciaba que si Bárbara pisaba el plató del programa lo cerraban. Cuando Bárbara llegó a las instalaciones la metimos por la puerta de atrás para evitar a los fotógrafos. Nos reunimos en un despacho y le dijimos que no salía, pero que se le pagaría el caché. Ella se puso como una furia, no sé si iba a soltar la bomba atómica, pero un racimo de bombas seguro. Aparecieron dos señores que se identificaron y tras hablar con ella cinco minutos la convencieron y los tres se marcharon. Después de aquello a Bárbara le dieron un programa de cocina en Canal 9″.

 

Pero este no fue el único lío de ‘Tómbola’, que llegó a las Cortes Valencianas por el enfado de socialistas y comunistas al enterarse que Lequio se había embolsado siete millones de pesetas por airear sus sábanas de playboy noventero. ¿Y el vicio? Recordadas son las entrevistas a una feliz Massiel o los abucheos a una Carmen Ordóñez en horas bajas, escoltada por su amigo Mariñas, 6.000 euros por noche e icono del programa con su «¡Qué te calles Karmele!, que recordaba algunas escenas de la trastienda: «Coto Matamoros, Jimmy y Ferrando compartían camerino ¡y no se podía pasar porque era el Londres victoriano! La gente pasaba por los pasillos y decían, joder estos cómo se están poniendo…». Paloma Barrientos señala que Tómbola «una experiencia diferente a todo lo hecho hasta el momento. Tampoco se sabía qué íbamos a hacer en cada programa o cómo iba a evolucionar. Lo que sí estaba claro es que en un lado estaban los periodistas y los famosos en otro, no como ahora». Sea como fuere, Tómbola lo cambió todo y cadenas como Telecinco copiaron al milímetro sus formas y estilo, género que ha impregnado nuestra televisión durante veinte años y los que le quedan.