El burladero: zona de respiro y seguridad de los toreros y sus cuadrillas. El escudo de gruesa madera que los protege del ataque de los enfurecidos astados y la mejor zona de visión de toda la plaza. El 11 de marzo de 2017 es un día marcado en el calendario personal de El Cordobés. Y por Cordobés nos referimos a Manuel Benítez, incluyendo por supuesto tanto a Manuel Díaz como a Julio, hijos ambos del veterano matador que adquirieron y tomaron para sí como herencia en vida el mismo sobrenombre que su padre para dar el salto a los ruedos. El lugar elegido es Morón de la Frontera, y su plaza de toros, el coliseo particular en el que dos hermanos de padre se enfrentan mano a mano en una corrida que se presume histórica.
Al revuelo mediático de la que fue su primera aparición como hermanos y ante la que declararon sentirse «muy contentos por este día» –tanto en lo personal como en lo profesional- los vástagos de El Cordobés, según ha podido saber esta revista, han tenido un encuentro en secreto y más allá de hablar de estrategias taurinas de cara al evento del 11 de marzo, los hijos de Manuel Benítez hablaron de cómo se sienten y de la relación que piensan mantener en el futuro.
A todo esto se le suma la buena intención que parece mostrar ahora Benítez, quien ha declarado voz en grito que «él es mi hijo y yo soy su padre». 48 años ha tardado en sentenciar esta máxima que ahora, por fin, ha tenido lugar. La respuesta de Manuel Díaz no se hizo esperar y con su madre por bandera, el marido de Virginia Troconis declaró: “ha sido un día especial para mí. Al fin, después de toda una vida de lucha, he recibido el reconocimiento del hombre del cual lo tenía que recibir. Hoy ya nadie me puede negar aquello que siempre supe: Nada hay más verdadero que la verdad de una madre.”
Esta revista ha podido conocer en exclusiva que la plaza de toros de Morón de la Frontera reserva con sumo mimo seis asientos exclusivos detrás del burladero en la zona sombra del redondel. El parecido es indiscutible. Las pruebas son ADN son un hecho objetivo y probado y «la edad», como afirmó el propio Benítez, hace que las cosas se relativicen. Definitivamente se espera que padre e hijos se encuentren a tres en una misma plaza. Se espera un primer abrazo entre ellos en el teatro de sus éxitos. Se desea un final feliz en el lugar donde empezó todo.