La pasada semana un detalle no pasó inadvertido para parte de la redacción de Sálvame. El día 14 el programa celebró San Valentín y el programa número 2.000 con varias sorpresas a sus colaboradores habituales. El equipo del programa no tuvo que tirar de demasiada imaginación para sorprender a Belén Esteban o Kiko Matamoros, que recibieron como regalo almibarados vídeos protagonizados por sus novios. Pero sí que había que exprimirse con Terelu Campos, a la que sorprendieron con la visita del equipo de Con T de Tarde, o Mila Ximénez, a la que Jorge Javier Vázquez le dijo que iba a recibir la visita de un nombre cuyo nombre contenía la letra «l».
¿Puede ser Manuel o Rafael?», preguntaba con mala baba su antiguo amigo y ahora simplemente compañero Kiko Matamoros. «¡Basta ya!», protestaba la ex de Manolo Santana. ¿Por qué tal enfadado? Simplemente por su negativa a hablar de su eterna relación con el millonario empresario marroquí Rafael Aguilera Pérez. Tan solo en 2012 Mila Ximénez rompió su silencio sobre el empresario, al que le incomoda el mundillo televisivo: «He tenido una persona muy especial durante muchos años, creo que he estado enamorada mucho tiempo de una persona que se llama Rafael. Pero ahora estoy disfrutando no del enamoramiento sino del desenamoramiento. Ya no se sufre, estás más tranquila. Rafael y yo estamos en un momento de reposo (…) Probablemente nos volvamos a encontrar pero de momento estoy sola y bien».
Es cierto que Mila, al igual que Kiko Hernández, ha abanderado la soltería en el universo Sálvame en los últimos años. Pero ambos discursos podrían ser falsos ya que ambos podrían tener un novio y una novia en secreto. Sobre el caso que nos atañe, el de Mila, la relación podría haber regresado en los últimos años. Y es que el noviazgo intermitente entre ambos fue analizado por la popular bloguera Kela analizaba el secreto de la tertuliana: «Mila Ximénez mantiene una relación (a etapas) con Rafael Aguilera, y el motivo por el que siempre lo dejan es porque él le ha pedido a ella que abandone la televisión. Pero ella a cambio le pide que se casen, por si eso no funcionará no quedarse ella tirada y sin trabajo. Ella quiere boda para asegurarse el futuro como red de seguridad y si no, no abandona la televisión. Ese es el motivo por el que siempre cogen y dejan la relación. Y el motivo por el que ella a veces tiene esos bajones. Además no le gusta demasiado el yerno….Rafael aprovecha sus enfados y sus pollos en la TV para envenenarla y convencerla de que abandone el programa».
Es cierto que siempre ha esquivado hablar de Rafael, pero de vez en cuando deja en el aire que le gustaría retirarse en Tánger, ciudad donde reside su amado. Así lo confesó en su regreso a Sálvame en 2012: «De repente, mi vida se puso otra vez en un tenderete y no lo llevé nada bien. No quiero ser un personaje público, ya lo fui y no me fue bien porque si no rentabilizas la fama se convierte en un arma de doble filo y a mí me hizo mucho daño. Yo soy una persona que no mide bien lo que dice y luego en casa me repito muchas veces «¿Por qué he dicho esto? o ¿Por qué he dicho lo otro?» y creo que merezco una vida más tranquila. Tengo pánico de encontrarme cámaras en la puerta de mi casa. Yo no tengo nada que contar para salir en la portada de las revistas. Si me vuelve a dar un brote de estos, pediré ayuda y me volveré a marchar. Y si me veo muy mal pues me gustaría retirarme e irme a vivir fuera, por ejemplo, a Marruecos pero no tengo la independencia económica para hacerlo ni tengo por qué».