Los pasillos de Telecinco son un come, come. Uno de esos lugares de encuentro en los que antes, de forma habitual, se veía a gente corriendo para llegar al programa de destino y a maquilladores y estilistas preocupados por los últimos retoques.
Pero, ¿qué es lo que está pasando ahora? ¿Qué ocurre por el cortijo de Paolo Vasile para que algunos de sus trabajadores formen corrillo y se dediquen, o eso cuentan, a hablar sobre las diferencias entre los fijos y aspirantes a presentador de las tardes de Telecinco?
Mucho se ha comentado, y más se ha hablado, sobre las diferencias existentes entre Paz Padilla y la dirección de la cadena. Y, más aún -o llevada a otro límite- sobre los desencuentros entre la susodicha Padilla y Carlota Corredera.
Unas diferencias por seguir al frente de las tardes de Sálvame que se quiso zanjar con el cambio radical que se le dio a Carlota. Pero que, sin embargo, cuentan desde dentro, se sigue alimentando.
Aunque se desee aparentar lo contrario. Hace escasas horas pudimos ver cómo se intentó, con el beneplácito de Belén Esteban, Mila Ximénez o Terelu Campos, limpiar un poco la imagen que se había filtrado de las estrellas de Telecinco.
Para ello se aprovechó San Valentín y se organizó un teatrillo en el que todo era amor. O casi todo. Porque, por mucho que coincidieran en plano Carlota, Jorge Javier y Paz el aire que se respiraba era bastante tenso.
Y no tanto en el directo durante el que Corredera y Padilla afirmaron, aparentemente convencidas, que podían respirar el mismo aire y hasta compartir casa. La tirantez, dicen, se mascaba por los pasillos a los que nos hemos referido anteriormente y por ciertas zonas de maquillaje.
Que siempre llega un momento en el que es imposible diluir la calma antes de la tormenta, Quizás, por eso, Corredera está al frente de otro programa bien distinto. Y eso que funcionaba en Sálvame y a la gente le caía muy bien. Pero, a veces, hay que darle un poco de aire a las relaciones.
Sobre todo cuando Vasile tenía claro que Jorge Javier tenía que volver. Que el estrepitoso fracaso de Vázquez presentando Gran Hermano debía solucionarse y que el ahora enemigo de Isabel Pantoja tenía que recuperar la confianza perdida. La de Vasile.
Pero pasar de estrella a la que se le ha consentido casi todo a volver al redil, es duro. Y a Jorge Javier le está costando. Se confiesa algo desanimado, cansado de tantas horas de televisión (cuando a él lo que le apasiona es el teatro) y con la firme intención de enfocar su carrera de nuevo.
Ha renovado con Mediaset, para disgusto, dicen, de Paz -que se veía cubriendo otra vez las ansiadas tardes- Más aún cuando ha vuelto un Jorge Javier desanimado y desencantado con hacer frente de nuevo, de forma diaria, a las tardes de la cadena y al que le gustaría ir por otros derroteros.
Y, mientras, por los pasillos de Telecinco se hacen apuestas a ver quién es la próxima en explotar y cuál será la siguiente crisis.