Dicen que tener dinero no da la felicidad, aunque tampoco podemos negar que al menos un poco sí que ayuda. Sin embargo, y más cuando hablamos de cantidades muy elevadas, el tema económico puede traer más de un quebradero de cabeza. Hasta el punto de enfrentar a familias enteras. A continuación presentamos 10 personajes muy conocidos que han acabado ‘a la gresca’ por culpa de una herencia.
Hace poco más de dos años del fallecimiento de doña María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart, más conocida como la duquesa de Alba. Un 20 de noviembre de 2014 nos dejaba a los 91 años la persona con más títulos nobiliarios del mundo. Repartir su herencia entre los seis hijos no debe de ser tarea fácil. A ellos hay que sumarle la presencia de Alfonso Díez. Un legado cuyo valor ascendería a los 3.000 millones de euros, según apuntó la revista Forbes. Una cantidad que ha creado cierto malestar entre los herederos. Cayetano Martínez de Irujo no estaría de acuerdo con el reparto que está haciendo el mayor de todos. Para colmo ha sido invitado a abandonar la casa de Liria. Y es que ya se sabe que cuando el dinero entra por la puerta, el amor (en este caso de una familia) sale por la ventana.
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Con tan solo 61 años se apagaba su voz. Rocío Dúrcal falleció víctima de un cáncer en la localidad madrileña de Torrelodones. Su adiós no solo trajo dolor a su familia, sino también alguna que otra desavenencia. Y todo ello a pesar de que ella misma se ocupó en vida de gestionarlo todo para que luego no hubiera problemas. Aún así, su marido, el ya fallecido Junior, y sus hijos Carmen, Shaila y Antonio pasaron tres años enfrentados por la herencia y viéndose en los juzgados. ¿La razón? Junior no quería incluir en el reparto ciertos bienes que Rocío tenía en el extranjero. Al final todo acabó de buena manera para todos ya que consiguieron poner fin a un conflicto que los separó como familia durante demasiado tiempo.
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Han pasado ya casi ocho años del fallecimiento de Luisa Isabel Álvarez de Toledo, duquesa de Medina Sidonia (más conocida como la ‘duquesa roja‘). A pesar de todo este tiempo, su herencia está aún sin repartir. Según ha explicado su hija Pilar González de Gregorio y Álvarez de Toledo a la web de El Español, todos los hermanos (que son tres en total) reclaman lo que les pertenece. La diferencia es que cada uno lo hace «por una vía distinta» en vez de unirse todos frente a la otra parte también interesada y que la forman la viuda de la duquesa y la Fundación Medina Sidonia. Por si fuera poco, la aristócrata considera que la propia fundación se está quedando con la parte que les corresponde. En total hay unos 27 millones de euros de herencia que esperan poder repartirse de la mejor manera posible.
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Lina Morgan fallecía en agosto de 2015. Su historia es cuanto menos curiosa. Fue una de las artistas más queridas y respetadas por el gran público. Personajes como los que interpretó en La tonta del bote o Celeste no es un color, contribuyeron a hacerla más grande como actriz. Y es que en lo profesional los éxitos nunca le han faltado pero en lo personal… no fue así. Lina fue una persona muy reservada. Se podría decir que pasó sus últimos años de vida prácticamente aislada. Solo recibía la visita de sus más íntimos. Nada de amigos. Ni siquiera de sus sobrinos de los que, por cierto, se olvidó en su testamento. Y es que la actriz decidió en vida que una vez falleciera, todo su legado fuera a parar a manos de Mensajeros de la Paz, un convento de monjas a las que tenía gran aprecio y una parroquia del madrileño barrio de La Latina. Ni rastro de su familia.
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La herencia de Encarna Sánchez es todo un misterio. La locutora falleció en 1996. No tenía hijos y su familia no le debió de parecer razón suficiente como para dejarles una fortuna que se estimaba en unos 1.500 millones de las antiguas pesetas. Por tanto, ¿quién o quiénes recibieron tal patrimonio? En el año 2006, en la web del diario ABC, la periodista Beatriz Cortázar da un nombre: Pilar Cebrián, más conocida como Clara Suñer, locutora de radio y amiga (que no amante) de Encarna. Sin embargo la misma aseguró en ese mismo años y en el recordado programa de televisión ¿Dónde estás corazón? de Antena 3, que cuando fue a sacar todo lo que su amiga tenía en las cajas fuertes que la fallecida tenía en La Moraleja ya no había nada. Era como si el dinero se hubiera esfumado a algún lugar del que nadie sabe nada o, por el contrario, saben pero prefieren no contarlo.
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Ser rico puede acarrerar muchos problemas a los herederos. El dinero es algo muy ‘jugoso’ y todos quieren llevarse su parte del pastel, aunque ello suponga años de litigios y enfrentamientos incluso con la propia familia. Es el caso del descendiente de Camilo José Cela, Camilo José Cela Conde. En el año 2013, el Tribunal Supremo le reconoce como el heredero de los bienes y derechos del escritor. Le correspondían las tres cuartas partes de la herencia que, traducido en números venía a ser la nada despreciable cifra de 5,2 millones de euros. Y todo ello a pesar del esfuerzo del Nobel por nombrar a su segunda esposa –Marina Castaño– como heredera universal. Con lo que quizá no contó es con la legítima, esa parte que le corresponde a su hijo por derecho y que deberá recibir si no lo ha hecho ya.
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Hubo un tiempo en el que los hermanos Rivera, Fran Rivera, Cayetano Rivera y Kiko Rivera, se enfrentaron a consecuencia de la herencia que les dejó su abuelo, Antonio Ordóñez. A cada uno de ellos les correspondía la cifra de 15.000 euros. Una cifra que a punto estuvo de rechazar el pequeño de los tres pero que finalmente no fue así. Este hecho le costó una buena discusión con Cayetano y un distanciamiento con él y con Fran. Pero no solo eso. Kiko llegó a asegurar en su momento que sus propios hermanos habían querido engañarle con respecto a dicho dinero que le correspondía. Por fortuna para los tres, el tema quedó solucionado y las viejas rencillas también.
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Carmen Cervera y su hijo Borja Thyssen no escapan a los líos de las herencias. Madre e hijo estuvieron enfrentados y sin hablarse años y todo por el reparto de los bienes del Barón Thyssen. Lo suyo fue algo así como algo similar a una ‘guerra’ mediática. Borja le reclamaba a Tita la parte que legalmente le correspondía por la herencia del Barón. Pero el dinero no era el único motivo que los separaba. Carmen siempre dudó de la paternidad de su hijo. A día de hoy, ambos ya vuelven a dirigirse la palabra. Los problemas parecen estar todos resueltos. Las rencillas del pasado parecen ya estar olvidadas y a convivir como una familia cualquiera.
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Magdalena Nile del Río. Así a simple vista puede que este nombre no resulte demasiado familiar. Pero si decimos que se trata de Imperio Argentina, entonces la cosa cambia. Falleció en agosto de 2003 y con ella no solo se fue la persona, sino también una gran artista. Como en los casos anteriores, en su familia también han tenido sus más y sus menos. En esta ocasión son sus nietas las que andaban un poco ‘revueltas’. Todo comenzó ya en vida de la cantante, cuando se acusaban mutua y públicamente las unas a las otras de no cuidar bien a su abuela. Los platós de televisión se convirtieron ese lugar al que acudían a airear sus miserias mientras su abuela sufría de demencia. ¡Ay si la pobre Imperio hubiera sido consciente! Vergüenza es lo mínimo que podría haber sentido.
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Dicen que el tiempo todo lo cura. No siempre es así. A veces no es suficiente con que pasen los años. Es el caso de Paquirri, de nombre Francisco Rivera Pérez, y su herencia. Ya han pasado más de tres décadas desde que un toro ‘Avispado‘ pusiera punto y final a su vida en la plaza de toros de Pozoblanco, en Córdoba. Atrás dejaba familia: tres hijos (Francisco, Cayetano y Kiko) y dos mujeres: Carmen Ordóñez (en el papel de ex) e Isabel Pantoja (que más tarde fue bautizada como ‘la viuda de España‘). Conocidos fueron los enfrentamientos entre Pantoja y los Rivera. La artista se quedó con la finca Cantora, donde actualmente vive, y con lo que ahí dentro había (capotes y trajes de luces). Algo que no sentó del todo bien al clan Rivera ya que consideraban que algo de eso también les pertenecía. A día de hoy, las aguas parecen haberse calmado y haber vuelto a su cauce.