¡Vaya cuadro y nunca mejor dicho! Ayer lunes expiró el contrato que la baronesa Thyssen, Carmen Cervera, y el Estado tenían pactado como acuerdo de una cesión gratuita de la colección privada del que en su día fue su marido, el barón Thyssen, en el museo de Madrid que lleva su apellido.
El ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, ha hablado claro sobre la polémica: «Ahora ella decide y no sabemos qué va a hacer«, y ha añadido: «Suya es la colección y ella hará lo que crea conveniente. En todo caso quiero agradecer a Doña Carmen que nos haya prestado la colección estos años. Ha sido una enorme suerte», matizó.
Méndez de Vigo ha subrayado también que la Baronesa había pedido «cambios en determinadas condiciones» para renovar la cesión de su colección privada que consta de 460 obras, de las cuales 250 se exhiben en el museo, junto a la del barón Thyssen, pero que estas exigencias no eran precisamente «económicas».
Y si no son económicas, ¿qué impide a la Baronesa a seguir adelante con la renovación de cesión? Si no llegaran a cumplirse sus exigencias, ¿será Carmen Cervera capaz de trasladar su millonaria y rentable colección a otro país o ciudad? ¿Sería Barcelona o París el destino que Tita tenga en mente? ¡Se admiten apuestas!