José Fernando, lejos de solucionar sus problemas, parece que los colecciona. Hace pocos días fue detenido en Arcos de la Frontera (Cádiz) por la Guardia Civil tras haber quebrantado una orden de alejamiento de su ex pareja y por conducir sin tener el permiso correspondiente. Se da la circunstancia de que esa misma chica, ante la cual tiene la orden de alejamiento, es Michu y juntos esperan la llegada de su primer hijo.
Tras lo sucedido y en un intento por justificar la actuación de su hijo, José Ortega Cano ha intentado quitarle hierro al asunto y ha achacado ese nuevo incidente a cosas de la juventud.
Recientemente, el que fuera hijo de Rocío Jurado se ha dejado ver en el entierro de su tío Eugenio, fallecido el pasado domingo a consecuencia de un infarto al corazón. Precisamente él era su mayor apoyo en su lucha contra las adicciones. Una lucha que a día de hoy aún no ha terminado. Desde el entorno más cercano del joven aseguran que parte de sus problemas de salud se deben a su expareja y a las malas compañías.
De quien seguro no parece tener apoyo alguno es de Rocío Carrasco. Al menos no de manera pública. La televisiva colaboradora se mantiene en un discreto segundo plano. Y así ha permanecido desde que empezaron los problemas con José Fernando. Quizá la guerra con su ex marido y sus hijos la impiden preocuparse de su propio hermano. Recordemos que Rocío ha interpuesto una demanda solicitando la pena de cárcel para Antonio David y que el juez la ha admitido a trámite.
Las preocupaciones no parecen querer dar tregua alguna a la familia de Ortega Jurado. A los problemas de desintoxicación de José Fernando hay que sumarle este nuevo incidente con la Guardia Civil, el fallecimiento de su tío y mayor apoyo y, para colmo, la ausencia de una hermana (Rocío) que a simple vista y de forma pública no parece querer implicarse.