Si hay algo que ocupa a la reina consorte, es procurar a sus hijas una vida lo más “normal” posible, pero si hay algo a lo que verdaderamente teme, es al paso del tiempo y sobre las temidas manchas de sol que inexorablemente deja en la piel de todas las mortales. Eso es lo que afirma Carmen Navarro, un referente en el mundo de la estética que todo el mundo quiere copiar. No hay celebrity que se precie que no haya pasado por alguno de sus salones. Y como máxima representación de las famosas está doña Letizia Ortiz.
Según ha confesado Carmen Navarro, la propia reina acudía con bastante frecuencia a sus salones de belleza, durante su tiempo como Princesa de Asturias. Era habitual, que la ex periodista acudiera a darse masajes faciales y corporales, sobre todo cuando se encontraba en estado de buena esperanza. Masajes que la ayudaban a mejorar la circulación, a quitar contracturas de la espalda a causa del avance de la tripita y a cuidar la piel en esos meses de cambios tan bruscos para el cuerpo de cualquier mujer. Pero eso ya es historia, porque de una época para acá se ha decantado por frenar el paso del tiempo ayudándose de cirugía y retoques estéticos que le hacen lucir la imagen tan sofisticada que actualmente luce.
Sin embargo hay algo que no puede frenar, de ahí que cobre sentido el verla pasear a ella y a sus hijas con gorros y gafas. Tal es la aversión que siente porque las temidas manchas de sol aparezcan en su delicada y blanca piel, que entendemos que huya del sol mallorquin en verano. Y se cubra hasta la obsesión, que ahora descubrimos no es por pasar inadvertida, sino por evitar las manchas en la piel, porque ya se sabe que si hay algo que tiene más memoria que la conciencia colectiva… es la memoria de la piel.
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