La vida de María Teresa Campos es una noria. La veterana presentadora, que atraviesa una de las etapas más polémicas de su vida por su relación con Bigote Arrocet, siempre ha estado en el ojo del huracán. En la mayoría de las ocasiones porque se ha visto involucrada en escándalos que han acabado afectándole: relaciones sentimentales de su hija Terelu, problemas con colaboradores, críticas a su trabajo. Sin embargo, en 2004 hubo un antes y un después en su vida.
En pleno éxito con Día a Día en Telecinco, María Teresa daba el salto a Antena3 para conducir Cada Día, un programa de características similares que si bien arrancó con éxito en las mañanas de la cadena de San Sebastián de los Reyes, muy pronto fue superado por el que Carolina Ferre presentaba en Telecinco. Aquella fue la etapa profesional más inestable para una Teresa que, desde su intranquilidad, insultó gravemente a Paolo Vasile incitándole a abandonar España para marcharse a la Italia que le vio nacer.
Siempre había habido mucho secretismo sobre los motivos que llevaron a la Campos a cruzar de acera y enfrentase a su mayor fracaso televisivo. Hasta hoy. Durante una entrevista a Risto Mejide, la presentadora ha hecho la confesión más inesperada de su vida: «Me fui por una serie de tonterías que pasaron al final pero yo no me quería ir. Tanto es que no me quería ir que me salió un herpes zoster que me tuvo con unos dolores horrorosos durante todo el verano».
Muchas decepciones en la época más difícil
Pero no solo eso, pues metida en harina, Teresa ha querido reconocer que pasó una época muy difícil en la que sintió que muchos le habían dado la espalda: «aquellos en los que confiaba me tiraban piedras, pero también hubo gente que estuvo a mi lado. Una situación realmente complicada que le pasó una gran factura pero que, gracias a la generosidad del consejero delegado de Telecinco, acabó siendo poco más que una anécdota.