Nadie entiende lo que le está sucediendo. Ni siquiera el clan de las Campos con las que siempre ha mantenido una relación casi familiar y que ahora, me cuentan, está en barbecho. O tal parece, según lo que explican cuando creen que nadie les escucha. Es evidente que lo de Rocío Carrasco es un asunto difícil de abordar.
Más de un año sin verse y en su encuentro en los juzgados no se ha acercado a besar a su único hijo varón.
817 años de guerra
En un divorcio, el asunto más complicado es, sin lugar a dudas, el de los hijos. La separación de Antonio David y Rocío Carrasco fue ejemplar en tanto que el ex guardia civil consiguió una de las primeras custodias compartidas que se conocen en España. Los progenitores deben tener un entendimiento correcto y fluido para que los pequeños no sufran y los problemas de los adultos puedan verse reflejados a posteriori en un mal comportamiento o actitud o incluso en unas malas notas.
En este sentido, Antonio David siempre ha afirmado que Rocío lo único que ha hecho ha sido poner problemas e impedimentos, además de no estar al cuidado al cien por cien de sus hijos, máxime de David, que padece un problema que en estos días él mismo nos contaba: “Rocío Carrasco ha gestionado de manera penosa la salud de mi hijo” además la señala como única culpable de las secuelas emocionales tanto de David como de Ro.