Así de simple. Puede hacerlo y va a hacerlo. Mariah Carey ha posteado dos imágenes fijas en su cuenta de Instagram con una voz en off bajo el título «in my own words» (=con mis propias palabras) explicando -esta vez sí- usando su voz, que todo lo sucedido aquella noche fue un complot con la única intención de conseguir audiencia a base de humillarla. «Es muy difícil cantar en directo en Times Square en una fecha tan señalada como el 31 de diciembre con toda esa gente gritando y celebrando, todo el ruido de la ciudad, las bajas temperaturas…», relata la diva con una voz entrecortada, tenue, casi apagada.
Inmersa en una cantidad enorme de proyectos entre los que se encuentran la emisión de su propio reality show Mariah’s World, la cantante ha anunciado que se va a tomar un tiempo para ella. Un break de reflexión que incluye una separación total de las redes sociales y la exposición mediática que tanto daño le ha hecho. Una incongruencia teniendo en cuenta todo lo que se exhibe semanalmente en los capítulos que relatan El Mundo de Mariah. Agradecida siempre a sus fans, a los que llama cariñosamente «corderitos», Carey da un paso atrás y prefiere ver la tormenta desde donde no le alcance el agua. Es importante recalcar el dato de que la canción que la llevó al ridículo público por culpa del descompasado playback, We Belong Together, ha crecido un 251% en las plataformas digitales de steaming y ha resucitado y debutado en el número #13 de las listas de R&B americanas. Al final te salen las cuentas, querida Mariah, y ya no es diciembre…