Se filtró la semana pasada. Gemma Serrano, la amiga de Edmundo Arrocet, había concedido una exclusiva para una revista con fecha de salida en lunes. El círculo se cerraba y las publicaciones en las que por temática, contenido y perfil editorial la empresaria podía hablar se resumían en dos. E voilà, Gemma Serrano portada Interviú, con más calor que frío, al menos, eso interpretamos por la ausencia de ropa. A pesar de que ella ya contó en un programa de televisión cuál era su relación con el humorista chileno, su nombre sigue latente en todos los debates relativos a la pareja que forman Bigote Arrocet y María Teresa Campos: «Estoy calentinta. Si yo no me he dado por aludida, ¿por qué lo hacen los periodistas?», reprocha airada en la entrevista.
Lo cierto es que Gemma no cuenta nada nuevo. O sí. Pues aunque afirma que Edmundo «nunca le ha tirado los tejos» también comenta que la relación que ambos mantienen «solo la sabemos Edmundo y yo». «Bigote y yo somos amigos y socios, tenemos negocios fuera de España con una multinacional. Soy seria y no busco ni fama ni dinero. Si fuera fría y calculadora, lo habría tenido fácil porque me pagaban una pasta por decir algo». ¿Le pagaban una pasta por contar una verdad o una mentira? Reflexionamos… Ni corta ni perezosa Gemma declara que le habría gustado que María Teresa «hubiera cogido el toro por los cuernos y me hubiese invitado a su programa para dar normalidad al tema». ¿Un careo en pleno Qué tiempo tan feliz? ¡Qué des-careo!
Si bien es cierto que la aparición de Gemma Serrano, tal y como las propias hermanas Campos han confesado, hizo tambalear los cimientos de la pareja y la familia. A Edmundo se le exigieron explicaciones y a Terelu no le hace nada de gracia ni ella, ni el tema. Ídem a Carmen. Y es que la propia Terelu ha confesado que si hubiese podido comprar las fotos «para evitar un disgusto a Teresa, lo habría hecho. Ojo, pero le hubiese enseñado las imágenes tanto a Edmundo como a mi madre», explicaba la futura inquilina de Gran Hermano VIP.