Se conocieron, se enamoraron, se prometieron y se casaron. Así narran las crónicas de la época la historia de amor entre don Juan Carlos y doña Sofía. Sin embargo, muy poco de color rosa tiene esta unión, que ha aguantado el paso de los años por el compromiso inquebrantable que la soberana tiene desde su nacimiento con la monarquía. Ella ha sido la sufridora, la que ha aguantado carros y carretas. Mientras tanto, el rey ha hecho de su capa un sayo. Lo ocurrido en Botswana ya sucedió anteriormente. Ambos escapadas tienen nombre de mujer: Corina y Marta. Un día, la reina Sofía, cansada de de las humillaciones de su marido, quiso escapar. Preparó a sus hijos y los cuatro emprendieron camino a Madrás, donde vivían su madre y su hermana…
4«My girlf…»
Del 15 al 23 de junio, el rey estuvo en Suiza acompañando a Marta Gayá, que se sometió a una intervención de cirugía estética. Los medios, que hasta entonces jamás habían deslizado ni una coma sobre las andanzas del soberano, incluyeron en sus crónicas el nombre de Marta y así conocimos a la amiga entrañable de la que estaba profundamente enamorado. Tanto que no le importó provocar una crisis de Estado. Y es que se descubrió que el monarca firmó una ley en Madrid el 18 de junio. ¿Cómo fue posible si del 15 al 23 estuvo en Suiza? Marta vivía en Palma pero viajaba con frecuencia a Madrid para ver al monarca. ¿En calidad de qué? Uno de los amigos de don Juan Carlos señaló que realizaba gestiones particulares para el monarca y alabó el hecho de que jamás alardeara de su amistad real en público.