Quién le iba a decir a Bigote Arrocet hace tan solo unos años que se iba a convertir en el centro de todas las miradas. Nadie, ni siquiera él, podía imaginar que su relación con María Teresa Campos iba a provocar que su vida suscitara tanto interés.
2¡PILLADO!
Sabe que uno de sus mayores encantos es el porte que tiene, la elegancia natural y las maneras con las que se desenvuelve. El humorista no esconde que se cuida. Intenta comer productos biológicos y es un gran contador de calorias. De hecho, en la primera temporada de Las Campos -el reality que protagonizan su novia María Teresa Campos y las hijas de ella- se le vio comiendo con la presentadora. Pero su secreto no solo reside en su alimentación, sino en las extensiones que lleva puestas en el cabello y que cuida de forma habitual. Pasa página para ver las fotos al completo.
Bien acompañado por su hermana Berta que estuvo entonces en Madrid, el humorista quiso arreglarse la melena para lucir espléndido estas navidades. Acudió a una peluquería especializada en extensiones y, tras pasar varias horas en el interior, salió a la calle más feliz que una perdiz y con todos sus pelos puestos. Lo que no sabía es que, a su salida, un fotógrafo había conseguido inmortalizar uno de sus mayores secretos, que ahora queda al descubierto.
Bien acompañado por su hermana Berta que estuvo entonces en Madrid, el humorista quiso arreglarse la melena para lucir espléndido estas navidades. Acudió a una peluquería especializada en extensiones y, tras pasar varias horas en el interior, salió a la calle más feliz que una perdiz y con todos sus pelos puestos. Lo que no sabía es que, a su salida, un fotógrafo había conseguido inmortalizar uno de sus mayores secretos, que ahora queda al descubierto.
Bien acompañado por su hermana Berta que estuvo entonces en Madrid, el humorista quiso arreglarse la melena para lucir espléndido estas navidades. Acudió a una peluquería especializada en extensiones y, tras pasar varias horas en el interior, salió a la calle más feliz que una perdiz y con todos sus pelos puestos. Lo que no sabía es que, a su salida, un fotógrafo había conseguido inmortalizar uno de sus mayores secretos, que ahora queda al descubierto.