Amar a Terelu Campos no es difícil. La malagueña suele tener fama de egolatra e incluso de prepotente y distante, pero en los últimos tiempos está claro que se ha convertido en uno de los personajes más queridos de la pequeña pantalla. En el día en el que se estrena la segunda temporada de Las Campos, damos diez razones para quererla sin morir en el intento.
A pesar de que su trayectoria como presentadora es muy dilatada, Terelu ha tenido una gran compostura a la hora de afrontar que ahora es colaboradora. Sabe lo importante que es continuar en el ruedo televisivo y está cómoda y se mueve bien en un foro que, al principio, podría ser algo hostil para ella. Se notan sus tablas y, desde luego, merece presentar un programa propio, hecho a su medida.
Siendo hija de María Teresa Campos se podría creer que Terelu vive con un manto de protección continuo. Es cierto que durante mucho tiempo pudo haber sido beneficiada por la contención de la prensa, pero desde hace algún tiempo Terelu es una más, que no veta ni censura. Nos gusta verla metida en harina, aunque nos resulte bastante cómico verla tan enfadada. No es su perfil, por eso nos vuelve locos.
Aunque en el amor no ha tenido demasiada suerte. La verdad es que Terelu nunca se cierra al amor. Es algo que nos apasiona, porque es capaz de resurgir como el AVE Fénix. La suerte que tiene es que con todos sus ex, menos con el periodista Pipi Estrada, mantiene una relación cordial e incluso de confianza. Es habitual verla con su ex novio Carlos Pombo, que también ha participado en el reality de Las Campos.
Terelu ha tenido la suficiente madurez para afrontar su cambio físico. Ha tenido la valentía para salir en televisión y reconocer que su cuerpo ha cambiado, que ya no es la misma y que no se gusta. Lejos de esconderse, la presentadora insiste en que intenta recuperar su antiguo físico y que no cejará en su empeño por hacerlo. Está claro que aunque ella no lo crea, sus redondeces también despiertan el interés de los hombres.
Si algo caracteriza a la hija de María Teresa Campos es su lealtad. Puede que sea también uno de sus principales problemas o debilidades. Al menos es el punto fácil al que sus enemigos hacen referencia para restarle profesionalidad. Sin embargo, a nosotros nos parece muy loable que, incluso trabajando en Sálvame, sea capaz de mantener a sus amigos famosos alejados y protegidos. Más de un agradecimiento le debe Rocío Carrasco, por ejemplo.
Negar la evidencia sería hacerle un flaco favor a Terelu. Y es que es verdad que durante un tiempo parecía vivir en un mundo paralelo, mucho menos mundano. A tres metros sobre el cielo. Sin embargo, los acontecimientos más difíciles de su vida han hecho que Terelu sea ahora una mujer a la que se le pueden decir las cosas sin miedos ni dobleces.
En Cotilleo.es somos fans del acento andaluz de Terelu. Nos encanta ver que, como dijo Julia Otero a su propia madre, hay veces en que se pone en función maruja y deja salir el deje andaluz que lleva dentro. Nos resulta muy conmovedor escucharla así y nos gusta, porque le da un toque muy cercano y de la calle.
Una porra que ha traspasado fronteras
¿Hay alguien en el planeta que no haya hablado de la porra de Terelu? Solo por la capacidad de haber conseguido que un producto tan calórico y grasiento esté boca de todos (especialmente en la suya) merece un absoluto reconocimiento, un aplauso, una ovación cerrada y, por supuesto, un puesto en nuestras diez razones para amarla. Esa es la Terelu que nos chifla, la mundana, la real.
Nos gusta ver a Terelu Campos anunciando productos de todo tipo y condición. Lo hace con una profesionalidad que llevaría a la ruina a más de uno. Y es que es tal la vehemencia con la que vende un producto de adelgazamiento o un kaki valenciano que nos iríamos de cabeza a un supermercado a acabar con todas las existencias.
Terelu es madre por encima de todo. Ha dado incansables evidencias de que Alejandra es la persona que más le importa en la vida. La que consigue hacerle inevitablemente feliz. Siempre discreta en lo concerniente a ella, nos encanta verla tan dispuesta siempre a ayudarle y a comprenderle incluso en las épocas más difíciles.
