Miguel Ángel Silvestre, con pies de plomo y sin apenas darnos cuenta, se está postulando como uno de nuestros actores españoles más internacionales. El que fuera El Duque en la exitosa serie de Telecinco Sin Tetas No Hay Paraíso, tenía claro su camino. Según el propio Paolo Vasile, MAS siempre se negó a hacer televisión. Él solo aceptaba contratos que tuvieran que ver con la interpretación a pequeña o gran escala. De series gloriosas, como su última, Velvet, junto a Paula Echevarría y cuyo final definitivo está a la vuelta de la esquina; a películas con oscarizados directores como Pedro Almodóvar y su papel de novio recién casado en Los Amantes Pasajeros.
Su nariz finita, sus gruesos labios, su esculpido y perfecto cuerpo y sobre todo, su voz grave y rasgada en sus papeles de malote hicieron que Miguel Ángel se convirtiese en el fenómeno total de todas las jóvenas y jóvenes adolescentes que deseaban un novio peligroso como El Duque pero de corazón sensible, perdidamente enamorado de la ingenua e inocente Cata. Quién le iba a decir que este papel de narcotraficante español, años después, sería extrapolado a la pequeña pantalla -y ciberpantalla- americana en la recién anuncia y renovada tercera temporada de Narcos.
El actor ya ha empezado el rodaje en Bogotá, aunque próximamente tiene planeado volver a España para pasar unos días en familia y realizar el final definitivo de Velvet en una nueva e innovadora forma de terminar una serie: en vivo y riguroso directo. A la serie inspirada en la figura de Pablo Escobar, también se unirán Javier Cámara y Alberto Amman, que interpreta a Pacho desde la segunda temporada.