La inquietante presencia en casa de Bigote Arrocet que ha hecho saltar todas las alarmas: ¿quién les espía?

Bigote Arrocet  y María Teresa Campos no ganan para disgustos. Y es que a los continuos sobresaltos con que les obsequia el papel couché, la pareja añade ahora otro que, cuanto menos, es sorprendente.  Como se recordará, han sido varias las ocasiones en que el apartamento que el humorista tiene en Madrid ha sido objeto de los paparazzi.  El resultado son las imágenes que se han captado de amigas de Bigote entrando y saliendo. Incluso la dueña de la tintorería que se encarga de limpiar sus trajes, ha sido inmortalizada.

En estos días, el humorista anda con la mosca detrás de la oreja a propósito de una furgoneta que lleva tiempo aparcada delante de su casa madrileña. Bigote está convencido de que la han puesto allí para fotografiar a todo el que cruce el umbral de su puerta. Por más que mira, no puede distinguir persona alguna en el vehículo, lo que le lleva a sospechar que está manejada a distancia. Francamente, no sería extraño. Y quizás no solo para inmortalizar lo que allí ocurre, a lo mejor hasta para escanear conversaciones sus telefónicas. De otro modo no se entiende que los fotógrafos tengan información exacta de su localización, como ocurrió cuando se fue de viaje con su hermana.

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Los recelos de Bigote están más que justificados. Sabe que están escudriñando hasta los últimos resquicios de su vida y tocando a miembros de su familia para que concedan entrevistas. Quieren que sigan el ejemplo de su primera esposa o de su hijo secreto que, como explicamos en exclusiva en Cotilleo.es, consultó con el humorista antes de darse a conocer públicamente. Bigote le dijo que hiciera lo que quisiera pero que tuviera en cuenta el apellido que llevaba, Ledgar, antes de dar un paso en falso. También María Teresa estaba al corriente de la aparición del joven, así como los familiares directos del humorista y su círculo íntimo de amistades.

Pasarán las fiestas juntos y en amor

Lejos de lo que algunos desearían, Arrocet y Campos se comerán las uvas juntos. Están muy enamorados y tienen claro que no van a separarles por más cosas que publiquen y digan. Saben que se han convertido en la diana a la que algunos tiran a dar. Sin embargo, la solidez de su relación sirve como parapeto para que los ataques no hagan mella. Larga vida a este amor maduro.