Fonsi Nieto está nervioso. Lo evidencian sus últimas declaraciones asegurando que Alba Carrillo le impide ver al hijo que tienen en común. Una afirmación que el entorno de la modelo desmiente categóricamente y que atenta directamente contra los derechos fundamentales del menor. Él advierte que la llevará a los tribunales, pero desconoce que, tal vez, llega antes ella y la historia tiene un final desconocido.
El gesto taciturno de Fonsi evidencia que busca cuota de pantalla. Algo le pasa al motorista que a pocos meses de la boda con Marta Castro parece buscar una polémica que aumente el interés mediático. Me insisten que el sobrino de Angel Nieto tiene planeado seguir compareciendo ante los medios para zarandear la poca tranquilidad que queda en Alba. Ha iniciado una campaña de desprestigio que busca, al parecer, desestabilizarla como madre. Me consta que Alba ha recibido graves advertencias en los últimos días siempre en relación a su faceta materna.
El pasado jueves expliqué en La Mañana de TVE que el piloto había tenido ciertos e importantes deslices económicos. No tardó en desmentirlo de forma abrupta. También negó que fuera a hacer una campaña publicitaria junto a su hijo Lucas. Explicó que este que les escribe se había inventado una y otra información con el único fin de embrutecer su imagen. Lo que debe desconocer es que tengo las pruebas que acreditan los impagos referidos que han desatado la guerra con Alba y, por supuesto, los términos del acuerdo publicitario con Campofrío. No se entiende tanta negación, cuando la realidad que conozco -y callo- es mucho más dramática, triste e incluso funesta.
Fonsi arremete contra la prensa utilizando la condición sexual para poder desacreditar una información
Pero a Fonsi no le ha bastado con negar la mayor. Ha pretendido desacreditar mis informaciones utilizando mi condición sexual, la misma que solo conocen quienes han mantenido conmigo relaciones íntimas o sentimentales. He podido leer como el piloto se refiere a mí como «el maricón» en conversaciones con terceros. Un ejercicio homófobo que escama en alguien de su generación, con preparación académica y acostumbrado a desenvolverse con personas de todo tipo y condición.
Sus insultos, completamente injustificables, evidencian un nerviosismo inusitado que me preocupa. No solo porque en España han aumentado considerablemente las agresiones a homosexuales, sino porque su actitud demuestra la incapacidad para admitir aquellas verdades en lo personal que, por desgracia, opacan sus éxitos como profesional. Una pena, querido Fonsi. Para haber sido deportista, pareces desconocer lo que significan deportividad y tolerancia. Ánimo, todavía estás a tiempo.
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