Feliciano López está nervioso. Se le nota especialmente incómodo desde que hace unos días se vio la caras con Alba Carrillo en la vista con el secretario judicial para desgranar cuál era el patrimonio que ambos habían conseguido durante su matrimonio. La tensa situación y la negativa del tenista a dar explicaciones sobre un asunto que asegura está finalizado, impidió la elaboración del inventario. Ahora, días más tarde, las cosas entre Alba y Feliciano siguen siendo igual o más tensas.
Y es que la entrevista que la modelo me concedió para La Mañana de TVE crispó en exceso a López. Tanto es así que ha dado un paso al frente para proteger su imagen. Ha contratado los servicios de una agencia de comunicación que vigila y aconseja. Me explican que es la forma en la que poder encarrilar tanto ataque público y, sobre todo, la información que le deja en mal lugar. Su imagen se ha resentido después de las confesiones, duras pero certeras, de la que ha sido una de las mujeres más importantes de su vida. Existen pruebas fehacientes que demuestran que el dolor que Alba ha ventilado en televisión tiene una base sólida para creerla.
Pero Feliciano ya no quiere callar más. A las últimas entrevistas concedidas, me explican que está dispuesto a conceder un reportaje completo para exponer, de forma medida pero contundente, cuáles fueron sus vivencias al lado de una de las mujeres más importantes de su vida. Habrá que esperar, aunque es evidente que la pulcritud de tiempos pasados parece imposible de recuperar