El pasado 23 de noviembre el futbolista Rubén Castro recibía del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Sevilla el auto de apertura auto de juicio oral. El jugador se sentará en el banquillo acusado de presuntos malos tratos a su ex pareja, Laura M. Pavón. La Fiscalía acusa al delantero de un delito de malos tratos habituales, otro de amenazas leves y seis delitos de maltrato en el ámbito familiar, que se habrían cometido entre 2012 y 2013. Unos delitos por los que solicita pena de prisión de 4 años. Mientras, la acusación particular aprecia un delito de amenazas leves, siete delitos de maltrato en el ámbito familiar y un delito de agresión sexual. Delitos por los que solicita 8 años y 9 meses de prisión.
Una durísima noticia no sólo para el jugador, también para su actual mujer, María, extronista del programa HYMYV, que el pasado 23 de noviembre, seguía festejando en las redes, su cumpleaños con un posado muy familiar. La imagen de una familia feliz es la foto que ha fijado la televisiva en su perfil mostrando así su incondicional apoyo al padre de sus dos hijos. Pero ni ella, ni Rubén, se han querido manifestar públicamente sobre una noticia que sin duda ha supuesto un duro varapalo para ambos.
Sentimientos muy diferentes a los que ha vivido la acusada Laura M. Pavón, ex novia del delantero que después de más de tres años luchando por defender su verdad, “por fin podrá hacerlo delante de la Justicia”. Hablar con Laura es muy complicado, su abogada le ha recomendado silencio y la presión a la que ha estado sometida todo este tiempo no facilita las cosas. Hace meses en una rápida y temerosa entrevista, Laura me confesó estar esperanzada y confiar en la Justicia. Con ella charlé el día en el que un juzgado de la Violencia aceptaba abrir juicio contra Rubén, entonces me confesó: «Estoy contenta de ver que todo esto llega a su fin».
Una frase sin intención que fue utilizada por miles de seguidores del jugador para iniciar una guerra de insultos, faltas de respeto y de provocaciones que desde que decidió denunciar los hechos, ha tenido que soportar en las redes sociales, a través de su teléfono o por la calle. Desde ese día, las cosas se complicaron y Laura y su familia decidieron cerrar la boca y no hacer declaraciones. Su entorno las disculpa con un discurso más que comprensible: “Prefieren tener la sentencia en la mano y respetar lo que diga un juez”. Será sólo entonces cuando conozcamos los hechos probados, será entonces cuando conozcamos la verdad de una durísima historia que Laura todavía recuerda con angustia.
No quieren admitir la culpa
Por su parte, el jugador también prefiere mantener silencio y sus abogados confían en poder demostrar que su cliente es totalmente inocente. De momento ya han presentado un escrito al Juzgado de Violencia para solicitar que se rebaje la fianza inicial de 200.000 euros solicitada por la juez, a 6.000. Una reducción improbable debido a la justificación y firmeza que se desprende del auto “dicha cantidad será destinada a sufragar las responsabilidades pecuniarias que en su día pueden ser declaradas”, además de advertirle que en caso de no ser depositada dicha cuantía “se le exigirá por la vía de apremio o mediante el embargo de sus bienes”. Los abogados han argumentado que dicha cifra es desproporcionada y que admitirla supondría “admitir una pena anticipada”.
No pintan las cosas bien para el jugador del Betis pero habrá que esperar a que sea la Justicia la que ponga nombre a lo que realmente ocurrió durante varios años, en el seno de la pareja formada por Rubén Castro y Laura M. Pavón.