Corinna vuelve y da un golpe en la mesa para dejar claro que no ha muerto

Juan Carlos I

Cuatro años han pasado desde que Corinazu Sayn-Wittgenstein, de soltera Corinna Larsen, más conocida como la “amiga entrañable del Rey Juan Carlos I”, desapareciese con un halo de misterio, como un mal sueño, de la vida del rey emérito y por tanto de la vida de los españolitos de a pie.

Mucho se especuló entonces si Corinna y su hijo vivían a finca La Angorilla, en Mingorrubio, término municipal de El Pardo, a costa del erario público durante cuatro años. Término que evidentemente Zarzuela ni desmintió ni dio por buena la información que corría por las redacciones de este país, oficializando de este modo la realidad, porque, y como dice el refrán “el que calla, otorga”.

corinna

El tiempo pasó y después de que Juan Carlos se convirtiera en la comidilla de este país, al punto de tener que disculparse públicamente, Corinna desapareció para siempre. Se desvaneció, se esfumó por completo de la vida del monarca, a pesar de que se especuló sobre la posibilidad de que se mudara a una urbanización de alto standing, cerca de Aravaca y de la carretera de la Coruña, por donde tendría nuevamente acceso fácil y discreto a Zarzuela.

Adiós, Corinna, adiós

Sin embargo, no fue así, y Corinna invitada por altos funcionarios del Estado, abandonó España, y salvo una pequeña pataleta en forma de entrevista, donde dejaba en muy buen lugar a su “entrañable amigo”, no volvimos a saber de ella. Hasta hoy… y lo hace en forma de jurado para un certamen de belleza. Corinna entiende de belleza, elegancia y éxito, pero ¿qué es lo que la mueve para aceptar esta propuesta? Indudablemente, allá donde hay una mujer bella, hay hombres de dinero, dispuestos a invertir grandes sumas, y más si es en un país como Zimbabwe.

Un comunicado de prensa emitido por el portavoz de turismo del país, confirmó la presencia de Corinna en el certamen, y será , por tanto, la encargada de elegir a la belleza africana que represente al país.  Llama la atención que Corinna, concienciada de la necesidad de apoyar a las mujeres para que estas encuentren su voz, lo haga en un país considerado como uno de los seis más corruptos del mundo, y donde el respeto a los derechos humanos, no es una máxima para el país. Pero ya se sabe que en asuntos dinerarios, los derechos pueden quedar relegados. Confiemos que con la presencia de Corinna, la comunidad internacional vuelva los ojos y no les de la espalda.