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lunes, 25 noviembre 2024

Diez razones para odiar a Camilo Sesto y quedarte con su misma cara, su mismo cuerpo y su misma voz

Camilo Sesto. El ídolo de masas. El hombre que enamoró a varias generaciones con sus canciones. Un grande sobre el escenario con una vida privada llena de sombras. Si le adoras, cambiarás de opinión.

Estas son nuestras 10 razones para odiarle.

1

Camilo Sesto no permitió que su único hijo tuviera contacto con su madre. Cuando Lourdes Ornelas venía a Madrid, el cantante apenas le dejaba estar con el niño y encima la hacía entrar por la puerta de servicio. Eso no se hace.

2

Que un novio de Camilo saliera a explicar lo suyo con el artista supuso un soplo de brisa fresca. Francamente, ya cansaba el juego de la ambigüedad que se traía el divo alicantino.

3

No es exagerado decir que el carácter de Camilo Sesto es más que complicado. En lo referente a familiares, no se habla con ninguno. A su hermana Chelo, que cuidó a su hijo, le puso las maletas en la puerta sin previo aviso. Así no, Camilo.

4

Muertos nos quedamos cuando conocimos por boca de un ex novio que Camilo le cortaba las puntas a su peluca. Qué gran verdad es que la realidad supera a la ficción. Ni al mejor guionista se le ocurre una igual.

¿Que no se ha operado?

5

Ya es el colmo que Camilo Sesto verbalice que no se ha sometido a cirugía estética alguna. La caradura le lleva al extremo de decir que comprueben sus fotos de antes con las de ahora para ver que no hay tanta diferencia.

6

Nos parece una falta de respeto que Camilo se quedara dormido en pleno juicio. Aunque sabemos que le gusta vivir de noche, un poquito de por favor. Una vez al año no hace daño madrugar.

7

En las contadas ocasiones que el hijo de Camilo ha venido a España se le ha visto muy incómodo junto a su padre. ¡Lo que habrá vivido ese chico con un progenitor tan sui generis!

8

Ya son varias las veces que Camilo Sesto ha anunciado que se retira definitivamente. Qué hemos hecho para que nos castigue a ritmo de  “Y te vas, y te vas, y no te has ido”.

9

Que Camilo Sesto apenas haga referencia al lugar donde nació es algo que nos disgusta. Vino al mundo en Alcoy pero ni ejerce de embajador ni pisa por allí desde hace muchos años.

10

La obsesión de Camilo por no dejarse ver raya la paranoia. Solo sale de su casa cuando es absolutamente necesario. Ante esto, nos preguntamos: ¿Es agorafóbico? ¿Se ha quedado atrapado en un bucle? ¡Virgen Santa! ¡Vaya señor!