Se avecinan días duros para Kanye West y en consecuencia para su familia política, los Kardashian. El origen de todo esto es difícil ubicarlo, aunque ayer hacíamos un análisis de situaciones objetivas generadas y protagonizadas por el rapero. Para no irnos demasiado lejos, haremos una reconstrucción a corto plazo y nos iremos hasta el pasado sábado 19 de noviembre cuando en concierto de su Saint Pablo World Tour, según cuentan los propios asistentes, Kanye salió a actuar una hora más tarde, cantó dos canciones, repartió leña a diestro y siniestro contra todos (Hillary Clinton, Jay-Z, Beyoncé, Taylor Swift, Drake, las radios…), tiró el micro contra el suelo y dijo que el show se había acabado. 20 minutos de concierto que concluyó con el abucheo de más de 15.000 personas asistentes y su correspondiente hashtag #FuckYouKanye.
Días después, Live Nation, promotora oficial de la gira, anunciaba que Ticketmaster reembolsaría el dinero de las entradas del concierto más corto de la historia de música y además confirmaban que «la gira de 21 shows que Kanye West tenía prevista dar en Estados Unidos y Canadá se cancelaba de manera definitiva». ¿Qué estaba pasando? se preguntaban fans, haters, seguidores y detractores.
Las últimas noticias han hecho saltar todas las alarmas. Kanye West ha sido ingresado de urgencias en un hospital de Los Ángeles. Fue su entrenador personal, Harley Pasternak, quien avisó a la policía y los servicios sanitarios porque West estaba actuando «de forma errática». El marido de Kim Kardashian, que opuso resistencia ante su inminente ingreso, será sometido a una evaluación psiquiátrica.
Si habéis tenido la posibilidad de ver alguna ver el reality protagonizado por la familia Kardashian, habréis podido comprobar que nunca, nunca dejan de grabar. ¿Veremos finalmente qué sucedió con Kim en París? ¿Veremos el ingreso de Kanye West televisado? ¿Estamos ante la historia real de El show de Truman? Solo Ryan Seacrest tiene la respuesta a estas preguntas.