Un retoque por aquí, un poco de botox por allí. Unos kilos de más, otros de menos. Unas cuantas decenas de visitas a los quirófanos de medio mundo. Y luego dicen que lo suyo, todo, es natural. O se han puesto bien de torrijas y luego han corrido millones de maratones, o lo suyo tiene que ver con el arte de la liposucción. Atentos a estos cambios. Algunos de ellos no eran feos, solo eran pobres. Ahora son irreconocibles
Tamara Falcó ha provocado grandes titulares gracias a su cambio de físico. Espectacular el numero de kilos que ha cogido por, según cuenta, un problema de tiroides que ha acabado por cambiar su anatomía. De ser una chica escuálida, a tener dimensiones a las que nos tiene poco o nada acostumbrados.
David Fernández dio vida, durante más de una década, a un joven conflictivo en la serie Aída. Su cambio físico es más que evidente. No tiene nada que ver el joven delgado, con aspecto de delincuente, con el que luce ahora, cultureta, con el pelo ensortijado y con gafas que le dan, más si cabe, un aspecto de empollón.
Cristiano Ronaldo es el claro ejemplo de que no era feo, sino pobre. El cambio es brutal. Dientes perfectos, piel brillante y pelo mucho más formado, con mayor grosor. Está claro que lo suyo ha sido a golpe de chequera. Pero el resultado no puede ser más satisfactorio. ¡Nos pone mucho!
Tania Llasera era una figurita de porcelana cuando la conocimos por primera vez. Delgada, tez blanca y muy dicharachera. Las últimas dos facetas sigue conservándolas, aunque ahora luce con unos cuantos kilos de más. La presentadora dice que ha perdido físico pero ha ganado salud, porque ahora no fuma.
Ella dice que no pero el cambio de Elsa Pataky no se debe a la ciencia infusa, sino al bisturí. Al menos es lo que aseguran las lenguas afiladas. Su sonrisa ha mejorado, pero también su rostro es mucho más angulado y su cuerpo mucho más esbelto. ¿Se deberá todo al yoga? Nosotros lo practicamos en la redacción pero no estamos así.
No, ella no se ha operado. Un día se levantó por la mañana y era otra mujer. Con otro nombre y otro rostro diferente, como cantaba Alejandro Sanz. Isabel Preysler es otra mujer. O estaba hinchada por ingerir demasiada sal, o ahora es el resultado de unos cuantos viajes al quirófano. Cuánta ingenuidad.
El caso de Belén Esteban es desolador. La pobre cayó en el mundo de las drogas y su rostro sufrió las iras de su adicción. No tiene nada que ver la mujer de la primera foto con la de la última. Su vida, además, también dio un giro de 180º. Bisturí que te vi.
Ejem, ejem. No es el hermano gemelo de El Risitas, no. Él es Tom Cruise y sí, tenía los dientes para salir corriendo. Otro ejemplo más de que el dinero hace milagros. Menudo cambio de dentadura, de piel, de tamaño de nariz. En fin, ¡queremos ser ricos!
No es que Adele sea ahora tan delgada como un papel de fumar, pero lo cierto es que el cambio es asombroso. Ella sí lo ha hecho con fuerza de voluntad. O tal parece. Mucho deporte, mucha dieta y, sí, también mucho dinero.
Nos enterneció a todos cuando se quedó Solo en casa. Pero la vida actual de Macaulay poco o nada tiene que ver con la de aquel niño, de familia bien, que era capaz de acabar con los cacos. Ahora más bien huyen de él. ¿Pero qué pintas son estas, hijo mío?
Y también hay famosas luchando contra la báscula. Estos son los ejemplos.
Hace años que Marisa Jara lucha por volver a la talla que utilizaba cuando triunfó como modelo. Ha probado de todo sin obtener el resultado esperado. Consciente de que nada es para siempre, la sevillana intenta llevar su etapa más curvy con una sonrisa.
Los problemas de peso acompañan a Isabel Sartorius desde su adolescencia. La ansiedad y la depresión la convirtieron en adicta a la comida. Ya en su madurez, y con una mochila de experiencia a la espalda, la coach ha abandonado ciertos hábitos que no eran más que una forma de autoagresión.
Recientemente, Chábeli Iglesias se ha dejado ver más rellenita de lo habitual. Mantenerse en el peso ideal no le resulta fácil a la hija de Julio Iglesias. Tiene tendencia a engordar y de ahí que las dietas sean una constante en su vida.
Los problemas de sobrepeso llegaron para Carmen Martínez-Bordiú al cumplir los cincuenta. Fue ahí cuando su figura delgada dio paso a otra más lozana. Desde entonces, la socialité intenta mantener a raya esos kilos de más. Le cuesta muchísimo porque es de buen comer.
Terelu Campos lucha por mantener la línea desde que era una jovencita. Se ha sometido a todo tipo de dietas. Producto de ellas era el tipazo que lucía. Sin embargo, hace tiempo que desistió de cuidarse y hoy se muestra con sobrepeso.
Al igual que sus hijas Carmen y Terelu, la matriarca de las Campos ha tenido épocas donde se la ha visto pasada de kilos. Para María Teresa es un problema hacer dieta ya que le gusta comer y no es amante de ir al gimnasio. Sin embargo, desde hace unos años, la presentadora se mantiene en un peso que hace que luzca muy atractiva.
Tania Llasera tenía un cuerpo de infarto que lució mucho en televisión. Todo cambió cuando decidió dejar de fumar y empezó a acusar el típico efecto secundario que produce la falta de nicotina, los kilos de más. Lejos de mecerse en el sobrepeso, la presentadora practica el running y mantiene una alimentación sana.
Cristina Tárrega es otra de las famosas de buen comer. Algo que con los años está muy contraindicado. La presentadora intenta controlar su peso a base de dietas, ejercicio y tratamientos para eliminar la grasa corporal.
De estar delgadísima, Belén Esteban pasó a mostrarse rellenita. El aumento de peso se debió al tratamiento que inició para liberarse de sus adicciones. Ha conseguido bajar algunos kilos pero no se trata de una cuestión que le quite el sueño. Asegura que está feliz con su cuerpo y que se acepta como es.
Carlota Corredera ha sido víctima del sobrepeso desde que era una adolescente. Lo intentó a base de dietas y deporte pero no funcionó. Una vez dio a luz a su hija, la periodista encontró el método que ha conseguido que luzca estilizada. Se habla de que ya ha perdido 50 kilos. Da igual el número que sean, lo que importa es que está guapísima y sana.
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