Forman, sin duda alguna, una de las parejas más rocambolescas de las que han nacido en la casa de Gran Hermano. Rodrigo y Bea dan pasos, cortos pero aparentemente seguros, en una relación que, para algunos seguidores del concurso, no es más que una estrategia para conseguir los votos de las carpeteras. Sin embargo, los fans de la pareja mantienen en las redes sociales que lo suyo es amor del verdadero. Del que ya no queda. De esos que buscan compartirlo todo y que puede construirse en las más adversas condiciones.
Lo que está claro es que Rodri empieza a sentirse muy atraído y que, incluso, ya habla de amor. Lo hizo de madrugada durante una conversación con Miguel: «Lo que me ha enamorado de Bea es su locura y su me da igual todo». Unas declaraciones que el concursante hizo con aparente convencimiento pero que luego matizó ante la pregunta del modelo: «No puedo decir que es la mujer de mi vida porque nos estamos conociendo».
Y, mientras todo esto ocurre, llama la atención el cambio físico que está experimentando Bea. Tanto es así que son muchos los que ya han puesto el acento en su cambio de apodo: «En lugar de llamarse naranjita tendría que empezar a llamarse meloncito».
Bea mas q naranjita está empezando a parecer meloncito
Se ha cogido unos cuantos kilos no? Q feilla queda la pobre mas gitana aun#GHDirecto— KQueen Ganadara (@mairitaspain) 15 de noviembre de 2016
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