Sin duda, la del futbolista Nolito y su madre es una historia rara. Ella era muy joven cuando se quedó embarazada. Dice que sus padres la echaron de casa tras una fuerte discusión y ahí empezó su descenso a los infiernos. Se enganchó a las malas compañías y a las drogas. Testigo mudo de esa primera etapa en el lado oscuro fue Nolito, a quien su madre llevaba en brazos mientras hacía de todo para conseguir el dinero necesario para pagar su adicción diaria. Según informan en LOC, la madre de Nolito cedió la custodia del pequeño a sus padres. De hecho, el futbolista del Manchester City siempre ha mencionado que se crió con sus abuelos y que es a ellos a quienes considera sus padres. Acerca de su madre biológica, una cortina espesa y profunda de silencio.
¿Quién es la madre de Nolito? Se llama Rocío Agudo y pide caridad a las puertas de un supermercado en Sanlúcar, donde malvive junto a sus hijos menores, dos mellizos de seis años. En su rostro, en su aspecto y en su manera de conducirse se evidencian las huellas de la heroína. Un enganche brutal por el que pasó años prostituyéndose, delinquiendo y entrando y saliendo de la cárcel. Hoy, ya con muchas muescas en su revólver, Rocío pone la mano para que le den ni que sea un par de céntimos. Dice que no le llega y que no sabe que será de ella ni de sus pequeños.
Rocío asegura que las ayudas sociales se le resisten porque Nolito se ha encargado de ir diciendo que él la mantiene. Bien podría hacerlo con los cuatro millones de euros anuales que percibe del Manchester. Sin embargo, hace ya tiempo que decidió cortar cualquier lazo con la mujer que le trajo al mundo. En el fondo, el dolor de un hijo que sufrió en carne propia una madre como la suya, cuya enfermedad la hundió en un pozo de excesos que salpicó a toda la familia y, especialmente, al futbolista, que tuvo que soportar todo tipo de comentarios siendo un niño. Cosas que dejan huella.
Hoy, como ayer, el futbolista del Manchester da el silencio como respuesta. Por más que su madre haga o diga, no va a mover ficha. Él tiene sus razones para actuar como lo hace y nada ni nadie le hará cambiar de parecer. La facilidad con la que podría resolver este problema, y el hecho de que no lo haga, da una idea del tormento que ha vivido Nolito desde que era muy pequeño. Mientras tanto, su madre tira el último cartucho para atraer la atención de los medios. La heroína, la maldita heroína que mató lo que había entre madre e hijo.
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