Ella presumía que podía ocurrir. Al menos es lo que ha contado a su círculo más próximo. Chenoa ha vuelto a tener una cuota de popularidad solo equiparable a los tiempos en los que anunció que había roto con David Bisbal. Vuelven los fantasmas del pasado, las preguntas incómodas y las guardias de los fotógrafos a las puertas de su casa, situada en un barrio obrero de Madrid. El debate sobre la cobra está en la calle. Pero parece que afronta sus últimos coletazos. Y es que, tras el desmentido de uno y otra es lógico que adquiera menos importancia.
Pero a Chenoa se le abre un frente muy importante. Su padre biológico -que ya apareció hace unos años en televisión- ha vuelto con fuerza. José Carlos Corradini ha concedido una entrevista a El Mundo para acusar a su hija de no tener compasión con él: «Estoy sin jubilación y sin ayuda, me sorprende que alguien que pregona por el hambre de los chiquitos de África y se olvida del padre biológico, hay algo que no cuadra».
José Carlos asegura que, aunque no tiene ningún interés en perjudicarla, sí que aprovecha para reclamar, públicamente, que su hija se haga cargo para darle una vida normal: «Ella vive en otra vida, en la jet set, y a lo mejor soy una persona que puede molestar por su estatus. Ella tiene un padre biológico en Argentina abandonado y la situación de ella permite que al menos su padre viva dignamente. Si fuera al revés, me hubiera ocupado de mi hija». Una dura acusación que, a buen seguro, tendrá réplica por parte de la mallorquina que no es la primera vez que se enfrenta a la presencia de su padre en los medios de comunicación.