“Decepcionante ver cómo alguien de tu familia alimenta ese programa que tanto daño hace a los tuyos. Hasta dónde de vamos a llegar, por Dios. En boca cerrada no entran moscas”. Este es el mensaje que Kiko Rivera firmó y envió a su red privada de Facebook a los pocos minutos de que su prima Anabel, entrase en directo en el programa Sálvame Diario. Un mensaje claro, contundente y sorprendente. Por primera vez, el hijo de la Pantoja se atrevía y recriminaba en público a su prima que trabajara en televisión.
Los hechos sucedieron de la siguiente manera. Anabel entraba directo desde Sevilla, “con fiebre”, para comentar el estupendo fin de semana que había pasado la familia Pantoja en Cantora. No era para menos, el clan al completo -y rodeado de sus incondicionales- había estado celebrando la libertad carcelaria y definitiva de su tía. Una intervención en la que la sobrina de la tonadillera, siempre prudente con los temas familiares, se ganó la bronca de sus compañeros. A lo largo de su participación, los colaboradores no dudaron en recriminarle la poca o nula información al respecto que estaba proporcionando.
Anabel sabe que todo lo que dice o no dice se magnifica, por lo que intenta siempre mantener una actitud cordial con sus compañeros y con la prensa
Lo cierto es que, Anabel, que ya tiene callo televisivo, se limitó a cumplir con su contrato. Se presentó en su puesto de trabajo y contó lo que ella consideró. Es decir, la sobrina de Isabel Pantoja no desveló nada más allá de lo que ya habíamos contado los periodistas a primera hora de la mañana. Pantoja fue prudente y apenas dio detalles de un fin de semana que nadie de esa familia olvidará jamás.
Anabel sabedora de que no juega en casa y que evita siempre que puede, poner en el centro de la diana a cualquier miembro del clan, llevó a cabo una intervención correcta, concisa y muy medida. Algo que “Kiko Rivera no supo o no quiso entender”, lanzando a las redes un mensaje duro e impensable contra una prima que se ha educado a su vera, como una hermana. Me aseguran que el mensaje dolió y sorprendió a una Anabel que no dudó en pedir explicaciones al respecto. Las mismas llegaron a modo de una conversación entre primos en la “que ambos se dijeron lo que pensaban, lo que sentían y que acabó con entendimiento. Las cosas ya se han hablado y están bien”. Pocos detalles trascienden de una conversación que desvela Cotilleo.es, si bien comenzó tensa y en la que Anabel parece que tuvo que excusarse por su trabajo. La sangre no llegó al río y el final fue feliz.
Un acto más de generosidad por parte de Anabel a la que su primo no ha tratado con la consideración y cariño que se merece. Y es que el planteamiento es claro: “¿Quién es Kiko Rivera? ¿Qué autoridad moral tiene para censurar a su prima por trabajar en un programa del que él mismo ha comido siempre que lo ha necesitado?”.
Me cuesta visualizar la cara de una Anabel al cerciorarse de que su idolatrado primo, por el que tantas veces se ha partido la cara, fuese capaz de escribir semejante párrafo. Lo que no me cuesta imaginar, es la sonrisa de una Isa Pantoja que está más que acostumbrada a aguantar los desplantes públicos y los envites de un hermano que parece reclamar constantemente ser el titular de “la patente del apellido Pantoja”. Me consta que Isa ha querido quitar hierro al asunto pero que, si tiene que decantarse por alguien, en estos momentos, lo haría por su prima Anabel.
Isa no olvida los platós que su hermano se ha hecho a su costa en el mismo plató en el que ahora trabaja su prima. Es conocedora, mejor que nadie, del duro discurso de un Kiko que “parece ser el único que puede ganar dinero en la cadena a la que luego censura”. A Isa, hace mucho tiempo que dejaron de importarle las condenas y censuras de un hermano con el que parece haberse reencontrado tras la boda-exclusiva en la revista Hola. Una Isa que, al día siguiente de la escueta intervención de Anabel, publicaba en su blog de la revista Lecturas, con pelos y señales, su fin de semana al lado de una “mamá libre”. Y es que al parecer “ella ha aprendido a no pedir permiso. Ella no lo necesita”.
Gracias a Isa conocimos como una pancarta con la palabra “Libertad” presidió uno de los salones de Cantora o como su madre estuvo pletórica, cantando, bailando, cocinando y ejerciendo de abuela orgullosa. Un artículo repleto de detalles íntimos sobre el que Kiko no se ha atrevido a pronunciarse, al menos públicamente. Ni una sola censura, ni un solo reproche por parte del primogénito. Quizás es que la vuelta de mamá, haya puesto las cosas por fin en su sitio. Quizás es que el hijo mayor ha atendido a la petición de su madre de “dejar las cosas tranquilas”. Hoy por hoy, sólo existe una prioridad en Cantora; el regreso de Isabel Pantoja a los escenarios. Y nada ni nadie puede enturbiar ese momento. Nadie. Ni siquiera Kiko Rivera.