María Teresa Campos vive una irrealidad. Sigue sin dar crédito a las informaciones que hablan acerca de unas fotografías comprometidas de su novio, Bigote Arrocet, con Gemma Serrano, una pizpireta empresaria que Cotilleo.es desenmascaró hace unos días. Dice la presentadora que la prensa, la misma que ensalza sus programas de televisión, miente más que habla. Que está cansada de recibir palazos innecesarios y, sobre todo, inmerecidos. Dice La Campos que nada de lo explicado en los medios de comunicación es cierto. Que lo suyo con el humorista va viento en popa y a toda vela: «No hay nada que aclarar», explica a quien le pregunta. También al equipo de esta revista. No quiere darle cuartos al pregonero. O tal parece.
Pero la revista Lecturas ha publicado parte del material fotográfico que obra en su poder. El mismo que hace unos días anunciamos en estas páginas y que suponen, sin duda alguna, un paso más en la información que se ha difundido. El encuentro entre Bigote y Gemma en el apartamento que el chileno tiene en Madrid, sirve para acrecentar los rumores de traición que le persiguen. La sombra es cada vez más alargada, aunque él prefiere mirar hacia otro lado. Pero algo huele mal.
Bigote, consciente de que las fotografías iban a ver la luz, ha querido desaparecer. Su teléfono móvil español está desconectado. También salta el contestador en su línea chilena. El humorista tampoco responde a los mensajes de texto ni a los correos electrónicos. Es como si prefiriera haberse esfumado ante el escándalo que se le avecina. Tampoco María Teresa parece dispuesta a hablar. Las llamadas que recibe son derivadas a Sonsoles, su secretaria. Es ella quién debe pasar el filtro antes de atender a los periodistas. Y no todos son bien recibidos.
Pero, ¿queda todavía material gráfico sin ver la luz? Según hemos podido saber, la agencia que ha vendido la exclusiva también tiene imágenes algo más comprometedoras que, aunque no se pueden publicar (podrían ser consideradas como un delito contra la intimidad) sí evidencian la estrecha relación que Bigote mantiene con la exuberante Gemma.