Es el único instante en el que consigue despojarse de su corona. Serena, controlando la respiración y marcando el ritmo del latido de su corazón. Letizia Ortiz se relaja en Palacio al menos una hora al día. Lo hace a través del yoga. Y, por sus comentarios, le resulta de lo más efectivo. Es una rutina que sigue desde hace años y que, según ha podido saber esta revista, el Rey también sigue con cierta frecuencia.
Adicta a la vida saludable Doña Letizia está dispuesta a seguir profundizando en aquellas prácticas que le ayuden a sentirse mejor. Es consciente de la dificultad que entraña seguir unas pautas tan implacables como las suyas. También que los ejercicios de yoga siempre se pueden mejorar. Por eso no es de extrañar que busque ampliar sus conocimientos a través de los libros. Es lo que hizo hace unos días cuando visitó YogaEs, un centro especializado en esta disciplina, situado en pleno barrio de Arguelles, próximo a la sede del Partido Socialista.
Vestida de incógnito, con una gorra y sin personal de seguridad, la Reina se llevó tres libros del llamado yoga técnico y evitó el contacto con el resto de los allí presentes. Sin llamar demasiado la atención, fue amable en su trato e hizo la gestión con gran habilidad. Me explican que la presencia de Letizia fue una verdadera sorpresa, a pesar de que en YogaEs están acostumbrados a recibir a ilustres clientes. Es habitual ver a María Teresa Fernández de la Vega, con miembros de seguridad, disfrutando de sus instalaciones. Porque además de libros y artículos para el desarrollo de la actividad, también se realizan clases organizadas.