El 28 de octubre será una fecha que jamás olvidará Isabel Pantoja. Ese día, la tonadillera estampó su nombre en el documento dictado por el Tribunal Sentenciador en el que se le comunicaba que a partir de ese momento “se da por extinguida su pena, con arreglo a la liquidación contemplada en sentencia”. Una rúbrica que la Pantoja no quiso dilatar en el tiempo. La cantante disponía de diez días desde la fecha emitida, 28 de octubre, para acudir al CIS y cumplir con este último trámite, pero ni ella ni su familia, querían retrasar más el ansiado momento.
La cantante Isabel Pantoja con su hermano Agustín en el CIS de Jerez de la Frontera.
Un instante cargado de emoción, en el que Isabel estuvo acompañada por su abogado, el director del Centro de Inserción Social y su hermano Agustín, visiblemente emocionado. Con la carta de libertad en la mano, Isabel quiso despedirse personalmente de todo el equipo profesional que le fue asignado desde que el pasado mes de febrero se le concediera la libertad condicional. Desde esa fecha, Pantoja ha tenido que cumplir con los requisitos que se exigen a cualquier preso en su misma condición. Personarse en el centro siempre que se le requiriera, reuniones con educadores y psicólogos, y la necesidad de informar de cualquier desplazamiento que pudiera realizar más allá de la provincia de Cádiz.
Una rutina carcelaria que la tonadillera ha cumplido a rajatabla consciente de que cualquier fallo podía retrasar la fecha de su ansiada libertad. De ellos, de sus cuidadores, Isabel se despidió repartiendo besos y abrazos. Ahora Pantoja afronta una nueva etapa, sabe que tendrá que esperar hasta el 2019 para que sus antecedentes queden eliminados. Hasta entonces deberá mantener un comportamiento ejemplar ya que, en caso de delinquir, su “reincidencia”, sería considerado un agravante y la pena que se impondría en ese caso, sería muy superior a la que obtendría si careciera de antecedentes.
Isabel se trasladó a Cantora donde toda su familia le esperaba con los brazos abiertos y donde comenzó una celebración que duró todo el fin de semana
Ya como mujer libre, Isabel se enfrentó a los medios de comunicación que la esperaban a las puertas del Centro. Sin decir media palabra, la tonadillera agradecía con medias sonrisas, respiraciones profundas y besos lanzados al aire el interés de los compañeros. Pero ni una sola palabra salió de su boca. Sabe que sus primeras palabras valen mucho dinero y no está dispuesta a regalarlo.
De ahí, Isabel se trasladó a Cantora donde toda su familia la esperaba con los brazos abiertos y donde comenzó una celebración que ha durado todo el fin de semana. Su madre, sus hermanos, sus hijos y sus nietos la esperaban “para recibirla como ella se merece”. Besos, abrazos, alguna lágrima, pero sobre todo mucha alegría “que hacía mucha falta” es el resumen de un fin de semana de celebración por todo lo alto.
Una de las que más disfrutó fue su hija. Isa, que ha estado en Cantora con su hijo Alberto, ha celebrado por todo lo alto el regreso de una madre a la que ha confesado «echaba mucho en falta». Isa quiere que su madre comience a disfrutar de su nueva vida, está empeñada en que conozca su casa, quiere verla ejerciendo de abuela de su hijo Alberto más allá de los muros de Cantora. Pero Isabel cree no estar todavía preparada. Y es que lo único que le quita el sueño a la tonadillera es el veredicto de la calle. Tanto ella, como su familia teme que sea increpada por cualquier ciudadano recordándola su pasado delictivo. Algo que de producirse, tendría todas las papeletas de ser denunciado por la cantante que mantiene su derecho al honor intacto y que desde el viernes es una persona que ha saldado sus cuentas con la justicia y que está reinsertada en la sociedad.
Junto al núcleo duro familiar, también estuvieron sus incondicionales, los no mediáticos, las personas que desde hace unos años se han convertido en auténticas sombras de la cantante. Son los guardianes de todos sus secretos, los único que ya acceden a Cantora y así me las describen: “esas personas nunca la han fallado, ni antes, ni durante su permanencia en prisión. Son personas que se desviven por ella y su familia, sin pedir nada a cambio. Y por eso Isabel les ha dado su sitio”.
De momento, nos queda esperar para ver a Isabel reaparecer como personaje, en la exclusiva millonaria que va a dar a la revista Hola y al regreso de la cantante. Una misión que ha dejado en manos de la discográfica Universal que esta misma semana nos comunicará todos los detalles del esperado disco y gira mundial de la tonadillera.