Justin Bieber no está atravesando por su mejor momento. Él mismo admite desde hace tiempo que ya no quiere ser el joven célebre al que todo el mundo le pide fotos o autógrafos. Se hizo (muy) famoso demasiado joven y es el fenómeno adolescente más importante de las últimas décadas.
De un año a esta parte han sido incontables las veces que Justin Bieber ha tenido conflictos propios o ajenos pero que le atañen demasiado de cerca. Todo empezó precisamente en nuestro país donde Justin Bieber dejó «colgados» en plena entrevista a nuestros compañeros del programa radiofónico Yu no te pierdas nada. Días más tarde, en mitad de un concierto en Oslo, se fue más que enfadado del escenario para no volver porque una fan le tocó la pierna. Tras esta experiencia, dos o tres peleas (grabadas) a golpes: una en la puerta de un hotel y otra bronca en una discoteca de Alemania.
Esta serie de acontecimientos hizo que el equipo de Bieber se sentara con él y replanteasen su carrera de forma en la que el chico no padeciera estas embestidas de ira y ansiedad contra medios de comunicación o fans, que son a fin de cuenta, quienes sostienen la carrera de un artista de estas características.
Sus Beliebers se lo perdonan todo pero… ¿hasta dónde? La última del canadiense fue exactamente hace unos días cuando en su concierto en Manchester, decidió parar una de sus canciones para hablar, algo que el público le recriminó, pues querían seguir oyendo la canción y viéndolo actuar. Justin no se tomó demasiado bien los abucheos del Manchester Arena y decidió tirar el micro contra el suelo y abandonar el escenario de golpe.
https://www.youtube.com/watch?v=vSUnE6ieUro
Tras unos (largos) minutos, decidió volver, pedir disculpas y añadió que si eso es lo que querían, definitivamente no iba a volver a hablar en Manchester. Hizo el concierto seguido, canción tras canción sin apenas una palabra entre ellas, lo terminó y se fue.
Recordemos que Justin Bieber tiene dos conciertos sold out próximamente en nuestro país. Esperemos que las Spanish Beliebers tengan un poco más de suerte y reciban de su artista favorito justo lo que ellas le entregan. Es lo menos que se le exige a una estrella mundial de este rango dada la profunda fidelidad de sus seguidoras.