La muerte de la Duquesa de Alba resultó ser un explosivo en Palacio. Acabó por separar a todos y provocar que cada uno mostrara su verdadera cara. Para algunos, el adiós de Cayetana fue el saludo a una nueva vida. Sobre todo para Alfonso Díez que, de golpe y porrazo, desaparecía -por propia voluntad- del ojo público para dedicarse a meditar sobre su futuro entre Cádiz y Madrid. También cambió todo para Carmen Tello y Curro Romero con los que la Duquesa mantenía una estrecha relación, nunca bien vista por sus vástagos. Consideraban los hijos de la ilustre que, en contra de lo esperado, Carmen se encargaba de filtrar a la prensa información altamente confidencial sobre la vida de su madre.
El descarno llegó hasta el funeral de la Duquesa. Carmen y Curro fueron desplazados a sitios secundarios dentro de la Iglesia. El gesto revolvió al matrimonio que no dudó en mostrarse heridos y molestos. Creyeron inmerecida la actitud de los hijos de su gran amiga y se revolvieron. Por eso, ahora, justo en el momento en el que se especula con la relación tensa que Alfonso Díez también mantiene con la familia de su fallecida mujer (no fue invitado a la boda de Luis Martínez de Irujo), llama la atención que se hayan dejado ver en su compañía. ¿Quién sigue a Carmen Tello en estos momentos? ¿A quién interesa que se les inmortalice juntos? Más bien parece una afrenta directa, una llamada de atención ante los ojos de Eugenia, Cayetano y, sobre todo, de Fernando Martínez de Irujo.
.
