A Patricia Llosa no le ha pillado por sorpresa la información que hace varios días corre de boca en boca: “Crisis entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa”. De hecho, cuando esta misma semana contactamos con ella para preguntarle sobre la revelación que la socialité filipina había hecho acerca de que el Nobel le había pedido matrimonio, se le escapó la risa. Eso sí, como siempre, declinó hacer comentarios ya que para ella sus hijos están por encima de todo, así que no dirá ni hará nada que pueda lastimarles. Una actitud diferente a la del escritor, que estando en Madrid no acudió a respaldar a su hija Morgana en un acto público que organizó.
No es exagerado decir que de tan pendiente que estuvo de él y la familia que crearon, se olvidó de vivir
Una vez disminuido el arrebato pasional, Mario ha descubierto que echa de menos a Patricia, como ya publicamos hace unos días. Sin duda, su éxito se ha cimentado sobre la sólida red que ella extendió bajo sus pies. Y es que además de esposa, papel que ejercía con todas las de la ley aunque algunos se empeñen en negarlo, era sus pies y sus manos. Se encargaba de organizar hasta el más mínimo detalle para que él solo tuviera que preocuparse de escribir. No es exagerado decir que de tan pendiente que estuvo de él y la familia que crearon, se olvidó de vivir.
No está acostumbrado el escritor a la soledad. De ahí que le resulte extraño que Isabel Preysler no esté siempre junto a él. Como ya es conocido, la socialité, aunque según confiesa siempre ha estado entregada al amor y la familia, la realidad es que tiende a priorizar según sus deseos. Es una mujer acostumbrada a marcar su ritmo. Ya en el otoño de su vida, las firmas se la siguen disputando como imagen. Constantemente recibe peticiones de entrevistas así como invitaciones para acudir a saraos y actos diversos. Por otro lado, su tirón en el papel cuché no ha mermado, de ahí que siga siendo cabeza de cartel en su revista de cabecera.
En otro orden de cosas, según cuenta a Cotilleo.es una fuente de toda solvencia, Vargas Llosa no tiene arreglado el tema del divorcio en Perú. Un escollo que ya debería estar salvado si tan grandes fueran sus deseos de matrimoniar con Preysler. Mientras tanto, la celebrity asegura que no tienen prisa por fijar la fecha del enlace. Sin embargo, mientras a ella le encantaría convertirse en la señora de Vargas Llosa, él no tiene claro si pasar a ser el esposo de Isabel Preysler es una buena idea.