Esperanza Gómez siempre tuvo claro que quería triunfar en el mundo del porno. Su Colombia natal se le quedó pequeña y decidió hacer realidad el sueño americano. Y sí, lo ha conseguido. Su belleza y sus formas desinhibidas han cautivado al público yanqui aficionado al cine para adultos. Así es y así piensa esta reina de las blue movies.
“Jamás finjo cuando estoy rodando una escena. Lo que el espectador ve es real. Es lo que siento. Y el día que no sea así, me retiraré. No concibo mi trabajo sin recibir placer”.
“Los actores porno utilizan viagra cuando han de rodar varias escenas seguidas. Eso resulta agotador y necesitan ayuda”.
“Aunque no lo parezca, soy muy tímida. Cuando estoy trabajando, lo que hago es meterme en el papel de tal forma que olvido que muchos ojos me están observando. Por el contrario, cuando voy por la calle y noto que me miran con deseo, me da mucha vergüenza”.
“Soy una persona abierta a todo lo que pueda pasar. Me gusta el sexo fuerte, el sexo suave. En fin, me adapto a cualquier situación”.
“Me siento atraída por las mujeres. Me gustan las mujeres. A veces me produce más erotismo mirar a una mujer que a un hombre”.
“Me gustan los penes que miden entre diecinueve y veinte centímetros. Grandes y gruesos pero que al penetrar no hagan daño”.
“Para mí, el porno es el mejor trabajo del mundo porque me pagan por hacer lo que me gusta”.
“Lo más osado que he hecho en el cine porno ha sido estar con dos chicos a la vez. Me gustaría probar con cuatro”.
“La gente, normalmente, ve a los actores porno como si fuéramos extraterrestres, pero somos personas normales solo que con un trabajo diferente a la mayoría”.
“Mi marido es quien más me ha apoyado en cumplir mi sueño de ser actriz porno. Entre nosotros no existen los celos. Al igual que yo en mi trabajo estoy con otros y disfruto, él también puede hacer lo mismo”.