Es muy fácil señalarla como la mala amantísima. Como una madre irresponsable. Como una maniquí que sonríe y pierde el control con facilidad. Como una aprovechada de situaciones inconexas. Es fácil atacar a Alba Carrillo en los tiempos difíciles en los que se encuentra. Es el centro de todas las dianas. Tiran a dar con la intención de provocar, precisamente, eso que critican con ferocidad. ¿Lo último? Exponer que ha iniciado una guerra contra los medios de comunicación. Sin explicar que, más bien, busca que se proteja únicamente a un menor.
Es cierto que Alba quiso denunciar a los reporteros asfálticos, sí, pero no son tan verdaderos los motivos que han trascendido. No quiere ninguna afrenta con la prensa, pero sí pretende proteger a su hijo, de cinco años, de preguntas incómodas que pueden provocar excesivos quebraderos de cabeza: «Yo no puedo pedir que no me sigan, sería una absoluta locura si pidiera eso porque yo estoy en los medios. Lo único que he hecho ha sido pedir, de forma continuada, que cuando esté con mi hijo no me hagan preguntas que puedan molestarle. Es muy doloroso tener que responder ciertas cosas cuando está mi hijo delante, creo que es comprensible», me explica con absoluta sinceridad.
Y es que Alba no quiere problemas. Tampoco los busca, a pesar de que parece tener un imán para atraerlos. Por eso resulta increíble que pretendan causar malestar entre los periodistas: «Insisto, no tengo problema en que me pregunten, en que me sigan, en que me hagan fotografías. Es parte de mi trabajo, de mi vida. No tengo nada que reprochar, salvo que cuiden eso que es lo único que pido». Y más ella que siempre atiende a los reporteros con una sonrisa y una gran verborrea. Porque si por algo se caracteriza la rubia es porque es directa, sincera y generosa.
Sorprende, en cambio, que a Feliciano López se le perdone todo. También que, mientras los periodistas le preguntan por el enfrentamiento con su todavía mujer, él sonría, se atuse el pelo y diga: «Esto es de locos». ¡Eso sí que es congraciarse con los reporteros!