Letizia Ortiz nos ha vuelto a sorprender. No porque haya vuelto a escoger un total black -algo muy habitual en sus estilismos nocturnos- sino porque, en contra de lo que ha mantenido hasta ahora, ha decidido saltarse su máxima de no trabajar los fines de semana para comparecer en un acto protocolario.
Fue, además, la reaparición tras la polémica suscitada en las redes sociales por el traje de Felipe Varela que lució el Día de la Hispanidad y que, según algunos blogueros, era una copia exacta de un diseño que Oscar de la Renta presentó en invierno de 2011. Pero Letizia, exenta del escándalo, brilló en la entrega del Premio Planeta que recayó en Dolores Redondo, por su obra Todo esto te daré.
La Reina volvió a lucir una camisa con los brazos y hombros al descubierto en negro de Felipe Varela, como desafío a los comentarios insidiosos y en clara muestra de afecto a su diseñador de cabecera en quien confía sobre todo en los grandes momentos.
Cierto es que el negro es un color sobrio, siempre acertado y muy favorecedor pero la complexión de la reina la hace parecer excesivamente delgada.
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ara esta ocasión, doña Letizia combinó una blusa de cuello halter anudada en el lado izquierdo, completando el look con una falda de cintura alta ajustada de Hugo Boss, en el mismo color, que le proporcionaban ese carácter sobrio que tanto busca la soberana y que tanto recuerda a la corte castellana en su austeridad. Su pelo lucía recogido en un bajo moño trenzado con flequillo a la derecha, lo que le proporcionaba una imagen realmente equilibrada. Los pendientes eran de Yanes, el brazalete de Cartier. El conjunto lo cerraba con unas sandalias metalizadas oscuras con tira diagonal en el empeine de Magrit. Un calzado que estiliza su pierna. Como único detalle de color la perfecta pedicura en color rojo.
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