Sí, Alonso Caparrós ha confirmado que vuelve Furor. Será en una versión teatral que tendrá lugar en el Teatro Príncipe Pio y que llevará por nombre Habemus Furor. Pero, quizás, la rentreé en el teatro es la antesala del retorno en televisión. Y es que Furor fue uno de los programas más importantes de finales de la década de los noventa. Con una mecánica sencilla, el concurso ponía de manifiesto la siempre recurrente batalla entre los hombres y mujeres. Famosos de todo tipo y condición competían por conseguir los puntos y mini puntos a través de la música.
Pero no es el único concurso que echamos de menos en la pequeña pantalla. Si eres un nostálgico, seguro que quieres que vuelvan todos estos espacios:
La noche de los Castillos fue el programa que marcó a toda una generación. Varios equipos luchaban por conseguir salvar a la princesa que estaba secuestrada en un castillo con la vigilancia del indómito Torque. Y, cuando eran descubiertos, eran desterrados.
El gran juego de la Oca marcó un antes y después en la pequeña pantalla. Emilio Aragón, Lydia Bosch y Patricia Pérez fueron los presentadores de los primeros años, posteriormente sustituidos con escaso éxito por Pepe Navarro e Ivonne Reyes. Los famosos dados y secciones protagonizadas por El Flequi hacían las delicias de los más pequeños. Tal es la nostalgia que solo en YouTube hemos encintado vídeos con más de 400.000 visualizaciones.
Ana Obregón y Ramón García fueron los presentadores originales de Qué Apostamos, un concurso con el que se estimulaba la mente y se provocaba un espectáculo televisivo inigualable. Primeras figuras de aquí y de allí participaron en el programa que se convirtió en un espacio fetiche de TVE.
1,2,3 ostenta el título del concurso más visto de la historia de nuestra televisión. Y es que cuando se estrenó, de la mano de Mayra Gómez Kemp, solo existía la primera cadena. Años más tarde se emitió una nueva edición, presentada por Luis Radoera que, si bien arrasó la primera semana, luego fue un auténtico fracaso.
50×15 se hizo famoso gracias a las cejas de Carlos Sobera. El presentador disfrutaba de un concurso en el que había mucha tensión. El participante tenía que resolver 15 preguntas (a cada cual más difícil) para ganar 50 millones.
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