Fue una boda realmente emocionante. Los invitados, incluída Isa Pantoja, siguen relamiéndose ante lo que consideran «uno de los acontecimientos más importantes para toda la familia y para Hola!». Y es que, a pesar de lo publicado en otros medios, la fiesta fue realmente espectacular. Todos parecían realmente felices ante uno de los enlaces que más expectación ha despertado en los medios de comunicación. De hecho, Sálvame Diario, que estuvo muy pendiente de lo que transcurría en la Hacienda Los Parrales, consiguió superar el 21% de share. Unos datos astronómicos que evidencia
Pero las alarmas saltaron cuando, a la una de la madrugada, Isa -antaño Chabelita- abandonaba el recinto apresuradamente junto a Alejandro Albalá. Puso pies en polvorosa ante lo que algunos me describen como una noche difícil para ella. No solo porque la familia de su madre le hizo caso omiso, sino porque sabía que estaba en el centro de todas las miradas. Pero Isa, siempre cercana y sincera en sus declaraciones ante la prensa, ha querido matizar los motivos por los que decidió marcharse: «Me fui a la una de la madrugada, con Alejandro, porque Albertito está resfriado y ya era demasiado tarde para él. Pero volvimos luego y nos quedamos hasta las cuatro de la mañana, justo hasta que salió el primer autobús desde la Hacienda».
Unas declaraciones que, para algunos serán solo una excusa, pero que, para otros podrían significar la reconciliación entre los hermanos. Me aseguran que Kiko e Isa se abrazaron y, mirándose a los ojos, se emplazaron a tener la conversación pendiente. La misma que Agustín, su tío, y doña Ana, su abuela, deberían tener con una joven que únicamente aspira a sentir el afecto sincero de su familia. A pesar de lo que ella mantenga en público, me consta que en privado ha confesado que, por supuesto, estaría dispuesta a construir un puente a la esperanza. Y es que, aún magullada por los últimos golpes, está convencida de que la familia debería ser uno de los pilares principales.
Isabel hizo alusión a la condena que todavía le queda por cumplir ante los emocionados invitados que, sin acceso al móvil, aplaudían con furor
Habrá que darle tiempo al tiempo. Y, mientras, examinar con minuciosidad las fotografías que se publicarán el próximo lunes en la revista Hola! y en la que, según he podido saber, no se recogerá gráficamente el momento más álgido de la fiesta: la actuación de una Isabel Pantoja sublime, sobre el escenario, interpretando fandangos y coplas de toda la vida: «Es uno de los días más felices, el día más feliz de mi vida, no me queda mucho para cumplir con mi pena», dijo emocionada en clara alusión a la condena que todavía le queda por cumplir. La tonadillera, que también cantó con Falete, demostró estar totalmente recuperada y, me explican, se abrazó y besó con todo aquel que se le acercó.
Aunque el (des) encuentro con Raquel Bollo fue frío, Isabel sí dio merecido sitio a su sobrino Manuel Cortés, hijo de Chiquetete y la colaboradora de Sálvame. El cantaor ejerció de corista y emocionó a su hermana Alma que le observaba, tocando las palmas, en uno de los momentos «más bonitos y más tiernos que se han producido durante toda la ceremonia». Sobre el menú me explican que fue escaso, aunque destacó la calidad del solomillo que, servido con verduras y salsa, convenció a los invitados.
Otro de los renglones lo ocupa la diferencia que Kiko e Irene hicieron con el uso de los teléfonos móviles. Tal y como publicó en exclusiva Cotilleo.es, los hermanos del contrayente, Francisco y Cayetano, sí tuvieron sus dispositivos durante toda la noche. También otros de los familiares más cercanos. ¿Cómo se lo tomará Anabel? ¿Tuvo que depositar su teléfono en la bolsa de plástico?