El otoño ha traído consigo numerosas broncas, entre las que destaca la pelea que hubo entre Belén y sus hermanos, a raíz de unos mensajes que hizo públicos Toño Sanchís. La princesa del pueblo, dolida y con mal humor, intentó superar esos momentos. Lo que no se esperó es que su propio hermano llamara al «Sálvame Deluxe», en directo, para hablar con su hermana.
Todo empezó con los mensajes que publicó Toño en «El programa de Ana Rosa». Cabe recordar que Toño fue el manager de Belén, y amenazó con publicar esos mensajes. Y así lo hizo. En estos mensajes, que están fuera de contexto (porque no se supo exactamente la situación en la que se estaban mandando), el hermano de Belén avisaba a Toño de que iba a ir a por él.
Y no solo eso, sino que acusa a Belén de no hablar con casi nadie de la familia, diciendo que se preocupa por todos, menos por su familia. Además, también salió a la luz que la infidelidad de Miguel la descubrió Toño y se lo dijo a Belén, aunque ella decidió decir que fue el propio Miguel quien lo confesó.
Después de esto, en el plató del «Deluxe», Belén se desmoronaba y contaba lo mal que lo había pasado en los últimos meses. Al parecer, Belén siempre quiso proteger a su familia de la atención mediática. Admitió que esos mensajes sí que eran de su hermano, pero añadió que el contexto tiene mucho que ver.
«El desagradecido soy yo, el sinvergüenza soy yo y que se ha fiado de alguien del que no se tenía que fíar soy yo», decía Cuqui
Resulta que Toño y Cuqui, el hermano de Belén, tuvieron una relación muy estrecha, y cuando las cosas de familia iban mal, Cuqui siempre buscaba a Toño para apoyarse en él. Admitió, además, que hubo momentos en su vida en los que ella trataba muy mal a su familia, gritándoles, porque no la entendían. Y ese era el contexto de los mensajes.
De esta forma, llamó Cuqui, y en directo, pidió perdón a su hermana y a Miguel. «El desagradecido soy yo, el sinvergüenza soy yo y que se ha fiado de alguien del que no se tenía que fíar soy yo», añadía. Después, enumeró todo lo que Belén hizo por la familia, pagando bautizos, obras y reparaciones de las casas de sus familiares.
Entonces, Belén interrumpió a su hermano, profundamente afectada, y le perdonó. No me tienes que pedir perdón. Eres mi hermano y lo volvería hacer«. Y esto es lo que vale la familia para la princesa del pueblo. Al final, todo vuelve a su cauce.