Los realities más polémicos emitidos en España

España es carne de realities. Es uno de los mejores países para emitir absolutamente cualquier cosa a través de televisión. Y todos, absolutamente todos, tienen polémica. ¿Te acuerdas tú de alguno de estos? Seguro que sí, aunque fuera de oídas, todos hemos oído hablar de estos shows. 

Aunque no todos fueron igual de polémicos, sí que causaron cierta controversia: ya fuera por la dinámica de los propios realities, o porque hubiera algún enfrentamiento entre el público y el programa, o porque simplemente se lió la gorda. Y es que estos han sido los realities más controvertidos.

Curso del 63

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Curso del 63 era una especie de gran hermano para jóvenes, ambientado en un colegio

La idea fue de Antena 3: hacer una especie de Gran Hermano juvenil, en el que los jóvenes tenían que participar en un internado. Desde el primer capítulo vemos el chonismo implícito en los realities de España: lloros por las extensiones, piercings, y etc., etc. ¿Cuál fue la polémica? Si realmente se ambientaba e los 63, una educación severa incluía, sin ninguna duda, palmetazos. Evidentemente, no se puso en práctica, pero alguna vez lo echamos de menos.

Todo fue calvo de cultivo para formar a una generación de jóvenes que saltaron de reality en reality o hacia las portadas de Interviú. De hecho, algunos quisieron participar después en realities de Telecinco, y alguno que otro consiguió ser pretendiente o tronista.

Casados a primera vista

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Algunos eran casados a mala leche

Basado en un reality danés, en realidad, no hay ningún ingrediente para que esto pudiera salir bien de alguna manera. No es por ser conservadores, pero el matrimonio ya es algo lo suficientemente importante, como para desprestigiarlo de esta forma. Las parejas se conocían el día de la boda. 

Y eso es lo dudable: se suponía que los expertos eran los que elegían las parejas y las probabilidades de que fueran una buena pareja. Sin embargo, ¿hasta qué punto se dejaban llevar por las audiencias? Vamos, que es seguro que se creaban las parejas según la posibilidad de audiencias. 

Hotel Glam

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Hotel Glam, la reunión de los ninis

Hotel Glam fue básicamente un reality donde juntar a todos aquellos que podían generar audiencia, con el fin de ver cómo se peleaban. Es como el antecedente de «Gran Hermano VIP», pero ambientado en un hotel de lujo, y por supuesto, con todas las comodidades asociadas a ello. 

La ganadora fue Yola Berrocal, choni ancestral de España, y menos mal que duró una sola temporada, porque si no, nos entraban los siete males. Era lo más casposo que podíamos encontrar en televisión en el año 2003. Y todo por el premio de los 50.000 euros. Eso sí, pasaban tres meses a cuerpo de rey. 

El bus

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Si Gran Hermano era agobiante, imagínatelo en un bus

Si pensabas que Telecinco era el rey de los realities, estás equivocado: Antena 3 también ha ido colaborando mucho en la producción de la telebasura, en cuestión de realities. Se copiaron del formato de Holanda, y duró solo una temporada. No es para menos.

Era como Gran Hermano, pero en un autobús. Entonces los concursantes pasaban tres meses en un autobús, sin contacto con el exterior, y el premio eran 50 millones de las antiguas pesetas. La convivencia en un espacio tan estrecho fue de lo más agobiante.

Gandía Shore

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El colmo de los realities: chonismo en estado puro

El colmo de los realities llega con «Gandía Shore», una versión española de «Jersey Shore», en la que una docena de jóvenes españoles se juntan en una casa, y se la pasan de fiesta durante el tiempo que están ahí. Hubo muchas polémicas alrededor de este reality, pero la gran parte se centraban en el ruido que generaba el grupo, y lo molestos que estaban los vecinos.

De esta generación han salido varios famosetes, de entre los que destaca la fabulosa Ylenia, que es pan de cada día para Telecinco, y que se las ha sabido apañar genial en el mundo de la televisión. Vamos, que Ylenia es producto de los realities, y es carne de cañón para la televisión.

¿Quién quiere casarse con mi hijo?

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Imagínate una cita, en la que está presente tu madre

Las madres son unas grandes. Y muchas veces tienen razón. Pero de ahí a llevártelas a una cita… eso ya es un paso demasiado grande. Bueno, eso era la esencia de «¿Quién quiere casarse con mi hijo?»: madres que buscan una pareja para su niñito, y entre ambos, tienen que decidir, con qué candidato se queda. 

En realidad no es una mala idea, se ha hecho de toda la vida, eso de consultárselo a las madres. La mala idea viene cuando quieren introducir ese ingrediente campechano de madre a la televisión. Entonces queda… pastoso, e incluso casposo.

Un príncipe para Corina

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Corina buscaba príncipe. Pero muchos le salieron rana

Un reality más. Uno de esos en los que se supone que se busca pareja, pero en realidad, la gente busca un trampolín para seguir su camino en la televisión. A Corina Randazzo la encontraron en una discoteca de Málaga y la convencieron para ir al casting, siendo ella finalmente la elegida. 

¿La polémica? Que justo cuando salió el programa, se filtró y se publicó toda la relación de Corinna zu Sayn-Wittgenstein con el Rey Juan Carlos, y claro, el nombre del programa parecía ser una sátira de ello. No llegó a más, y el reality sobrevivió un par de temporadas más.

Gran Hermano

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El ojo que todo lo ve. Orwell se removería en su tumba

¿Qué decir de Gran Hermano que no se haya dicho ya? Es el reality de los realities, el reality por excelencia: convivencia de una quincena de personas en una casa durante tres meses, sometiéndolos a pruebas de lo más extrañas. Al principio, todo fue bien, las primeras temporadas eran pasables. Ahora es un circo en el que se mete cualquier cosa extravagante, para ver cómo enganchar a la audiencia. 

Pero eh, eso hace ver que los productores tienen un espíritu de superación temporada tras temporada. Y les funciona porque las audiencias son las que son, y aunque nos pese, nos enganchamos cada temporada sin decir ni mu.

Confianza ciega

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Esto sí que daba grima: ver cómo intentan seducir a tu pareja, sin poder hacer nada

«Confianza ciega» era un reality conducido por Francine Gálvez. La dinámica era bastante polémica, ya de por sí, porque metían en dos casas diferentes a parejas. Por un lado los chicos, y por otro, las chicas. En estas casas eran tentados por seductores.

Eso ya era polémica, porque llegaron hasta el punto de rozar la prostitución, o eso se decía. Además, había partes que no eran muy fiables: cortaban tomas, para luego enseñar a la pareja la supuesta infidelidad, cuando a lo mejor lo cortado era el rechazo. Además el premio era simple: saber si tu pareja sería fiel o no. 

Adán y Eva

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En el programa se conocían hasta la médula

En este programa todos se conocía de una forma muy profunda… ¡y tanto! ¿Nadie ve la polémica aquí? Un programa de buscar pareja en la que se prohíbe la ropa. Vamos, se nota que el espíritu de superación por la audiencia era cada vez menor, y las ideas se convertían en este tipo de realities. 

Dos temporadas fue lo que duró, aunque sacó algunos personajes jugosos para otro tipo de realities, como «MYHYV» o «Gran Hermano VIP».